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sábado, 13 de octubre de 2012

El toque italiano en la sociedad pilarense


El desarrollo de la capital del departamento de Ñeembucú, que fue fundada el 12 de octubre de 1779, está ligado profundamente a la inmigración italiana, aunque su riqueza y valor históricos provienen, incluso, desde antes de su fundación, hace 233 años.


Pilar cumple este viernes 233 años de su fundación. Foto Juan José Brull
Pilar cumple este viernes 233 años de su fundación. Foto Juan José Brull

Por Celia Mendoza
celia-mendoza@uhora.com.py

La llegada a la zona del inversionista europeo, Paolo Federico Alberzoni, marca un antes y un después en el despegue de esta comunidad que consiguió superarse pese a una serie de adversidades entre las que se citan el aislamiento que soportó durante años por la falta de una ruta pavimentada y la inundación de 1983.

Uno de los acontecimientos que sin dudas marcan la historia económica, cultural y social de Pilar es la instalación de la fábrica Manufactura de Pilar SA, en el año 1931, de la mano del italiano Paolo Alberzoni.

El profesor Carlos Alberto Mazó recuerda que el inversionista italiano Paolo Alberzoni llegó a Pilar cuando los inmigrantes de aquel país ya estaban consolidados.

Desembarcó por primera vez en 1929 y quedó sorprendido por la cantidad de extranjeros con los que se encontró, destaca el historiador, que para contextualizar ese importante momento de la vida económica, social y cultural de la ciudad rescata también parte el proceso de asentamiento de los inmigrantes europeos, principalmente italianos, que fueron llegando a la capital del Departamento de Ñeembucú.

Mazó refiere que los italianos llegaron a Pilar después de la Guerra del 70, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, y que se encontraron con una sociedad culta porque la contienda contra la Triple Alianza había seleccionado a la gente.

"La guerra hizo que Pilar se despoblara durante la contienda y cuando esta acabó quedaron pocos ciudadanos de condición humilde; la gran mayoría falleció; mientras que la gente culta que había abandonado la comunidad regresó", cuenta el profesor. 

Según Mazó, a Pilar prácticamente no vinieron inmigrantes agricultores. Él solo conoce un caso, el resto se dedicó a la ganadería o al comercio. Además, la mayoría de los migrantes que desembarcaron en la entonces denominada Perla del Sur fueron muchachos solteros y acaudalados.

Eso produjo una simbiosis muy importante, resalta el profesor. Esos jóvenes cultos y con capital para invertir no solo se afincaron en la ciudad, sino que también contrajeron matrimonio con las mujeres pilarenses, que dieron origen a una segunda generación de italianos, que a su vez formó pareja en ese mismo círculo.

Élite social. Así fue como con el tiempo la mayoría de los inmigrantes se emparentaron y conformaron una élite social muy importante, que influyó decididamente en la vida de los ciudadanos de aquellos tiempos, incluso en la vestimenta.

La casa de Juanita Pesoa, amor de juventud de Francisco Solano López y madre de tres de sus hijos. La vivienda, ubicada sobre la calle Alberzoni casi Teniente René Ríos, data de principios del siglo XIX y ahora pertenece a la familiar Silva Pinar






"Ellos enseñaron una vida en sociedad, una vida culta e influyeron en la vestimenta. Los hombres vestían trajes y debajo de la camisa era obligatorio llevar sudadera para que el sudor no se impregne a la camisa, estaban siempre bien afeitados, incluso debajo del brazo y el cabello siempre bien peinado; enseñaron la distinción", expresa.

En ese escenario llegó Paolo Federico Alberzoni, cuya presencia marca la era de la industrialización en el departamento. Las autoridades de 1929 también hicieron lo suyo en este proceso de instalación de la primera y más importante fábrica textil del país.

Banco Nacional de Fomento, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, construido por don Pilade Valoriani, en 1922

Las autoridades recibieron a Alberzoni con una fiesta ofrecida en su homenaje en el entonces Hotel del Puerto, que funcionaba en lo que hoy es la Casa de la Cultura. Allí el industrial confesó que se sentía en Europa, puesto que se encontró con árabes, portugueses, franceses, suizos y, por supuesto, con una enorme comitiva de italianos, lo que influye en su decisión de venir a asentarse en la zona.

Inmigrantes de otras naciones

Si bien es cierto, los inmigrantes italianos fueron mayoría y legaron a la ciudad la cultura y el trabajo, Mazó recuerda que el aporte de portugueses, franceses y árabes, así como de otros extranjeros que se afincaron en Pilar también fue muy importante.
Los árabes, por ejemplo, introdujeron el concepto de ventas ambulantes, llegando con sus productos a diversas localidades del departamento y adquiriendo de esas comunidades lo que podría servir en la ciudad.

Y se hizo la luz

En coincidencia con el aniversario número 54 de la ciudad, Manufactura de Pilar fue responsable de alimentar con energía eléctrica al municipio. Esa fue la primera actividad de la industria de Alberzoni, que posteriormente puso a funcionar la tejeduría con 20 mujeres y dos niños, Hércules Alliana y Pochito Azarini.

"Tomás farolero vio con pena cómo el 12 de octubre de 1931 la ciudad comenzaba a iluminarse sin su intervención. Anterior a esto, el hombre era el responsable de encender los faroles que funcionaban a querosén para realizar el acto que ese día era sustituido por la invención de la tecnología. Tomás comprendió también que ese día se quedó sin trabajo", relata el historiador Carlos Mazó.

Uno de los hechos que marcaron el inicio de la alta producción de la industria textil fue la Guerra del Chaco, durante la cual Manufactura de Pilar operó 24 horas para abastecer con telas para el uniforme verdeolivo de las tropas paraguayas; también proporcionaba tela para mosquitero y un tipo de lienzo para la ropa interior de los soldados.

Los extranjeros y la Guerra del Chaco

Durante tres años, Manufactura de Pilar fue uno de los más importantes proveedores del Estado, según Mazó, quien añade que así como Alberzoni, otros inmigrantes tuvieron una participación activa en la defensa nacional.

Un caso mencionado fue el de don Pilade Valoriani, quien dejó de producir tablas, tablones y vigas para dedicarse a la fabricación de piezas de madera para la montura que se utilizaba en la guerra.

Además, algunos descendientes de italianos, como el teniente Mazzei, Fosatti, Azarini, fueron como voluntarios en el frente de batalla.

Los redentoristas

La llegada de los padres redentoristas a Pilar también está profundamente ligada con el desarrollo de la sociedad local, porque estos inmigrantes, además de pregonar su fe y evangelización, apostaron desde su venida a la educación. Una de las primeras obras fue la creación del Colegio Italiano Santo Tomás, que en principio funcionó como una institución exclusiva de niñas y con el tiempo pasó a ser mixto.

También en sus inicios ese colegio estuvo manejado por los redentoristas y en la actualidad está subvencionado por el Estado.

La Casa de la Cultura, ubicada en 14 de Mayo, frente a la Plaza del Soldado Pilarense
Con la creación de otras instituciones educativas, entre las que se mencionan guarderías, escuelas y más colegios, administrados por la Fundación Redentorista de Obras Sociales y Educacionales de Pilar (Frosep), esta congregación continúa influyendo en la educación de los niños y jóvenes de Pilar.

La última inmigración italiana se registra con la venida de Giuseppe Bricci, a quien Mazó considera un héroe civil, que como sus demás compatriotas no solo se afincó en esta urbe, sino que además se casó con una pilarense y contribuyó con la defensa de la ciudad durante la inundación de 1983, invirtiendo en maquinarias y trabajando a la par de otros pobladores

Fuente: ultimahora

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