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domingo, 8 de enero de 2012

Peritos de Criminalística ayudaron a lograr una condena de 15 años por un crimen

Manchas de sangre, el testigo mudo de la escena del crimen

Peritos de Criminalística ayudaron a lograr una condena. Solo con pruebas científicas, la Fiscalía consiguió una pena de 15 años por un crimen. Pericias son más fiables que algunos testigos, aseguran los expertos.

Día a día. Los peritos de la Fiscalía realizan más de 1.500 pericias de todo tipo anualmente. Foto Fernando Calistro
Día a día. Los peritos de la Fiscalía realizan más de 1.500 pericias de todo tipo anualmente. Foto Fernando Calistro

Viernes 8 de mayo de 2009. Un automóvil Hyundai se estaciona sobre la calle Parapití entre Segunda y Tercera Proyectada. Minutos después, el abogado no vidente Julio César Fretes Portillo, quien se encontraba en el asiento del acompañante del conductor, muere de tres heridas de arma blanca a la altura del tórax. Su hijo, quien manejaba el vehículo, asegura a la Policía que él bajó del rodado, caminó unas cuadras y al volver encontró así a su padre.

El pasado 14 de diciembre, más de dos años después, la Fiscalía logró una condena de 15 años de cárcel a César Gabriel Fretes Narvaja por el homicidio de su padre. Las principales pruebas fueron las manchas de sangre halladas en las ropas del acusado y dentro del vehículo.

La condena se dio sin que durante el juicio oral y público se presente un solo testigo presencial. El caso es uno de los primeros en los que se dictó una dura pena exclusivamente con pericias practicadas por la Fiscalía y la Policía.

Desde la velocidad utilizada por el atacante, hasta el recorrido de la víctima que intentó escapar, las manchas de sangre se constituyen en uno de los principales elementos a investigar en un crimen por los peritos de Criminalística.

FIABILIDAD. Para los expertos en Criminalística, las manchas de sangre en la escena de un crimen pueden llegar a ser mucho más fiables que un testigo presencial.

"Ante un hecho impactante como un homicidio o una coacción sexual, las emociones le juegan una mala pasada a la gente. Puede fallar tu memoria y no recordar bien algo o tal vez creer que pasó algo que en realidad no pasó", explica la bioquímica Carmita Franco, del Departamento Químico-Biológico del Laboratorio Forense de la Fiscalía.

"Las manchas de sangre pueden decir la dirección de la salpicadura de la lesión, la velocidad con la que ocurrió, si fue una lesión en una vena o en una arteria porque la vena no tiene proyección; sin embargo, la arteria sí produce como un splash porque vienen con la presión del bombeo del corazón", asegura Franco.

Pero además de sangre, un resto de semen o hasta un pelo puede ser clave a la hora de dilucidar un caso.

Estas pericias pueden realizarse en una semana, pero debido a la cantidad de pedidos que llegan al laboratorio, que reciben solicitudes de pericias en todo el país, los análisis suelen estar listos en menos de un mes.

Para la especialista, el confinamiento de los peritos es necesario, para mantener un trabajo objetivo. "Si nosotros comenzamos a ir a la escena vamos a comenzar a ser subjetivos, a tener propias ideas en base a lo visto", sostiene.

EL LABORATORIO. Según su director, Édgar Sánchez, este laboratorio forense es uno de los mejores de América del Sur, solamente superado por el de Colombia.

Entre costosas máquinas -algunas de ellas superan los USD 1 millón- y realizando más de 1.500 pericias por año, los expertos en Criminalística hacen desde pruebas de toxicología hasta análisis de balística.

SALPICADURAS EN ROPAS, CLAVES PARA CONDENA

Las pericias científicas presentadas por la fiscala Teresa Sosa tenían una misma conclusión: las lesiones a la víctima, Julio César Fretes Portillo, sucedieron de una forma que no concordaba con la versión que dio el sospechoso, César Gabriel Fretes Narvaja.

En ese sentido, las manchas de sangre halladas en las ropas del hijo fueron determinantes para que los jueces Víctor Alfieri y Blas Ramón Cabriza lo encontraran culpable.

Entre las distintas pruebas presentadas por el Ministerio Público se encuentra el informe del perito criminalístico de la Policía, Abel Marino Cantero.

Una de las primeras conclusiones fue que las puñaladas fueron realizadas con una dirección de izquierda a derecha, con relación a la víctima, quien se encontraba en el asiento del acompañante cuando recibió las heridas.

Entre las varias manchas de sangre que tenían la remera y el pantalón del hijo de la víctima, el agente diferenció aquellas que son de salpicaduras.

Este tipo de manchas, según Cantero, se producen debido a que uno está cerca de la persona que sufre una herida, que en el caso de Fretes Portillo fueron puñaladas en el pecho.

Las salpicaduras se encontraban en el lado derecho del pantalón y la manga derecha de la remera de Fretes Narvaja.

Debido a estas manchas y las halladas en el interior del rodado, Cantero sostuvo que Fretes Narvaja se encontraba en el asiento del conductor cuando la sangre salpicó sus ropas, en el instante en que se produjeron las heridas.

A las mismas conclusiones llegó la perito del laboratorio forense de la Fiscalía, Miriam Fernández. Esta también analizó la rotura del vidrio del conductor y añadió que por los pedazos de vidrio encontrados en el interior de la puerta, la ventana fue rota desde el interior del vehículo, que se contrapone a la versión del acusado, que apunta a un asalto callejero.

Todo esto se complementó con un último elemento que fue fundamental para la Fiscalía: un faltante de G. 52 millones en la fundación administrada por el padre y el hijo. Una discusión por el dinero fue el móvil del homicidio, según se probó en juicio oral. No obstante, la jueza Blanca Gorostiaga votó por la absolución del acusado por una "duda insuperable". Para ella, las pericias científicas no fueron suficientes. La defensa anunció que apelará la sentencia.




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