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jueves, 29 de enero de 2015

Números que evidencian el desarrollo económico del mercado paraguayo



28/01/2015 5:33am



Claudio Sánchez

@cldiosanz 



Aun cuando aquellos bienes de consumo consi­derados como de primera necesidad en Paraguay son mayoritariamente importados, guiando a la lógica a deducir que la balanza comercial debe ser deficitaria, el país ha encontrado, en las reex­portciones, la solución.



Es así que el saldo de la balanza ha sido siempre superavitario, tal y como lo indican los datos es­tadísticos del anexo eco­nómico del Banco Central del Paraguay.



Sin embargo, es de des­tacar que el peso de las reexportaciones sobre el total de envíos al exte­rior ha disminuido a la mitad desde la década de 1990, lo que indica que la producción de bienes en el mercado local se ha incrementado desde en­tonces, acompañando el desarrollo económico.




EMPLEO



Otro de los indicadores del buen momento eco­nómico, fruto de haber sacado partido del auge de los precios de materias primas en los mercados globales, es la disminu­ción del subempleo.


Es decir, el mercado la­boral ha ganado en so­fisticación y la inserción de una mayor cantidad de personas en puestos de trabajo formales es una constante que se ha venido registrando con fuerza desde el 2008 don­de, de acuerdo a datos de la Dirección General de Encuestas Estadísticas y Censos, el subempleo se redujo desde 26% sobre el total de la población económicamente activa, hasta el 15% en 2014.



En contrapartida, y si bien no son índices alar­mantes, el mismo or­ganismo indica que el desempleo abierto ha au­mentado hasta el tercer trimestre del año pasado, ubicándose en 7,9%.




REMESAS



Las remesas desde el ex­terior, que entre los años 2011 y 2013 llegaron a montos de hasta US$ 520 millones, equiparables a la cantidad que el país salió a buscar en los mer­cados internacionales a través de la colocación de deuda en 2013, disminu­yeron drásticamente al cierre de 2014, de acuerdo a informes del BCP.



Esta disminución se debe a la crisis en la que los mercados europeos se encuentran inmersos y no consiguen recuperarse desde el 2008, y princi­palmente la economía es­pañola, desde donde salió el 62% del total remesado por compatriotas desde el exterior.



Vemos también que, des­de los inicios del nuevo milenio, el origen de las remesas ha dado un giro de 180 grados, pues hasta finales de la crisis finan­ciera paraguaya en 2003, el 78% de los ingresos de divisas remesados por paraguayos, venía desde los Estados Unidos, y solo el 9% desde España.



Los montos remesados entonces eran irrisorios en relación a los envíos actuales: US$ 25 millones en 2003 contra US$ 368 millones el año pasado.




INFLACIÓN



Ya hemos analizado las reformas estructurales introducidas a la econo­mía desde 2003 por el en­tonces presidente Nica­nor Duarte Frutos, donde la base de la recuperación se centró en el nombra­miento de personal téc­nico idóneo en puestos clave como el Ministerio de Hacienda y el Banco Central del Paraguay, así como las reformas tri­butarias que significaron la vuelta de los contri­buyentes al pago de im­puestos.



Ya los técnicos del Ban­co Central, introdujeron profundos cambios no sólo en el marco legal de la regulación financie­ra, sino que siguieron las recomendaciones de or­ganismos multilaterales y abandonaron el viejo esquema de política mo­netaria basado en el con­trol de la masa monetaria optando por el esquema de metas de inflación en 2011, tras unos años pre­vios de ensayo.



Desde la adopción del mismo, los indicadores de inflación, medidos por el índice de precios al consumidor, no han vuelto a superar el techo de los 5%. Aun cuando la inflación no ha sido un problema para el país a lo largo de su historia mo­netaria, en la década de 1990 el promedio de in­flación era de dos dígitos, llegando al 18% en 1994.




COMPOSICIÓN DEL PIB



Otra de las variables analizadas, que muestran lo mucho que el sector productivo paraguayo se ha desarrollado, es el peso de cada uno de los sectores dentro del pro­ducto interno bruto.



Los datos del Banco Cen­tral del Paraguay indican que en la década de 1990 el puntal de la economía, con un 18% de peso en el PIB, era el comercio. La industria y las divisas generadas por las bina­cionales aparecían en segundo y tercer lugar de importancia aportando el 14 y el 13% respectiva­mente, y ya la agricultura se ubicaba en el cuarto lugar, marcando el 12,7% del PIB.



Sin embargo, las proyec­ciones del BCP para el año 2015 dicen que la agricul­tura, que desde hace unos años se ha convertido en el motor de la economía, seguirá siendo el compo­nente más importante del PIB con un peso del 18%, desplazando al comercio al segundo lugar con 15%, y la industria en el tercer lugar con el 11%.


Indicador del enorme avance económico de la última década en Para­guay es que, las bina­cionales, aun con la tri­plicación de las divisas recibidas del Brasil por la cesión de energía exce­dente de Itaipú, han caí­do al cuarto lugar como componente de peso del PIB, con un 9% sobre el total de una economía de unos US$ 30.000 millo­nes.



Todos estos indicadores se suman a los expuestos en anteriores ediciones y rebaten declaraciones de organismos multi­laterales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otros que argumentan que, las economías emergentes en Latinoamérica no han sabido aprovechar los años de bonanza traí­dos por los altos costos de las materias primas en mercados globales para generar colcho­nes financieros que les permitan hacer frente a una realidad mucho más apretada proyectada para los próximos años, en un escenario de inminente recuperación de la eco­nomía americana, que se llevará consigo las in­versiones de capital que, desde el 2008, se habían centrado en Latinoamé­rica, atraídos por las altas tasas de retorno.



Las inversiones proyec­tadas por el Ejecutivo en el sector de obras, apun­tan a una distribución menos riesgosa del PIB, dado que el sector prima­rio depende en gran me­dida de las condiciones del clima.


Estas inversiones se centrarían en obras de infraestructura y cons­trucción de viviendas para la clase media, apo­yadas en un programa de financiación de estas vi­viendas a través de crédi­tos flexibles vía Agencia Financiera de Desarrollo.

Fuente: 5dias

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