Con el alma de violín
Seleccionada entre músicos de todo el mundo para integrar la Orquesta
de las Américas (YOA), la violinista paraguaya Gabriela Rodríguez se
lució como invitada especial de una agrupación sinfónica colombiana
integrada por mujeres.
La violinista paraguaya Gabriela Rodríguez. / Gentileza
.
Descubrió el universo de la música a través de su familia. Formada en Paraguay, decidió explorar nuevas culturas y partió rumbo a Colombia. En ese país, Gabriela Rodríguez Villalba (23) se convirtió en la primera paraguaya seleccionada entre 70 músicos de todo el mundo para formar parte de la Orquesta de las Américas (YOA), una orquesta que tiene a nada menos que Plácido Domingo como consejero artístico.
Pero su acercamiento a la música no es reciente: en Asunción, cursó estudios en el Instituto Municipal de Arte (IMA) e integró la Orquesta Juvenil de Asunción. También participó como invitada en presentaciones de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción (OSCA) e integró el proyecto Sonidos de la Tierra, del maestro Luis Szarán.
Su currículum incluye nada menos que presentaciones como violinista en el teatro Colón de Buenos Aires y la colaboración con la popular agrupación mexicana Maná, en un concierto en Asunción y en Bogotá.
La pasión musical para ella es una cuestión de genética. “La música llegó a mi vida a través de mi familia”, comenta. “Más bien yo llegué a ella gracias a mis padres, quienes me acercaron a la profesión de mi abuelo y gran músico Ignacio ‘Nico’ Rodríguez (QEPD), saxofonista de la Banda de la Policía los años 1945-1983”.
Al hablar de sus principales formadores, nombra a la “familia” del Instituto Municipal de Arte (IMA) y la de Sonidos de la Tierra. “He recibido la mayor y más valiosa parte de mi aprendizaje y me gustaría destacar a los maestros Gladys Barreto y José María Calvo, grandes pilares de mi formación”, destaca.
-En Asunción te hiciste camino con proyectos como el de Sonidos de mi Tierra, participando del concierto de Maná, entre otros eventos. ¿Cómo reflexionás tu crecimiento como artista?
-Sin duda participar en los seminarios y festivales de Sonidos de la Tierra, así como de las clases magistrales que tuve la oportunidad de participar han contribuido enormemente en mi crecimiento. Los demás eventos los considero frutos de una labor ya hecha en los salones del IMA y el CEMTA. Aprovecho la ocasión para agradecer a Sonidos de la Tierra – San Lorenzo (CEMTA), quienes fueron los que me recibieron y me hicieron parte de esta gran familia.
-¿Por qué elegiste viajar a Colombia?
-De hecho no fue una elección, fue una oportunidad que la decidí tomar, la cual estoy muy contenta de haberla hecho y agradecida con mi familia, quienes me apoyaron desde el primer momento. El simple hecho de salir a buscar nuevas experiencias lo enriquece a uno y desde luego recibiendo una de las mejores formaciones de América Latina.
-¿Cuáles fueron tus principales aprendizaje en la orquesta de las Américas YOA?
-Me es difícil encontrar un aprendizaje principal porque aprendí mucho, pero sí puedo resaltar algo diferente, que no lo había vivido con otras orquestas: el servicio a la comunidad. Siempre pensé que sería ideal que todos sin importar profesión, sustento económico o ideologías debíamos prestar servicios a la comunidad, así sea lo más mínimo, como cuidar espacios comunes. Pero ese mes lo interioricé tanto, que entendí mejor mi papel como músico en la sociedad. No consistía simplemente en estudiar, alcanzar metas académicas y presentar conciertos; sino que pude comprender al fin, que tengo en mis manos una herramienta muy poderosa de cambio social. Es por ello que estoy muy entusiasmada con la idea de que la YOA planee en unas de sus giras visitar alguna vez Paraguay.
-¿Cómo llegaste a la Orquesta de Mujeres Clara Schuman?
-La Orquesta Clara Schumann es una de las orquestas que forman parte de la Fundación Orquesta Sinfónica de Bogotá (FOSBO) de la cual formo parte. A partir de una convocatoria que hicieron en el 2011 para integrarla he venido participando de las temporadas que presenta esta orquesta. Otras de las orquesta de FOSBO es la Serenata Colombiana, una orquesta de cuerdas con la que recientemente realizamos una gira por Europa.
-Recientemente presentaron el espectáculo “Sinfónica en Tacones”, con tu participación especial, en el marco del mes de la mujer. ¿Qué significó el show para tu carrera?
-Tocar como solista es una experiencia gratificante que como músico suma en la carrera musical y es la cereza de un trabajo arduo con los maestros que muchas veces queda allí. Por otro lado cabe destacar el propósito de la orquesta de dignificar el trabajo de las mujeres en el campo profesional, promover la transversalización de género y transmitir un mensaje de la no violencia y discriminación.
-¿Cuáles son las obras musicales que más disfrutás o para las cuales te sentís mejor preparada?
-Mi carrera está enfocada hacia lo que se conoce como música clásica, pero disfruto mucho tocar música latinoamericana y las peñas de música paraguaya con mi papá quien me acompaña con la guitarra.
-¿Cómo observás el crecimiento de la escena musical en Paraguay?
-Quiero decir que son unas de las cosas que más me enorgullecen de mi país. La manera tan rápida y la cantidad de talentos que han surgido en estos últimos años, es muy admirable. Solo nos falta más espacio para abarcar tanto talento paraguayo.
-A tu criterio, ¿cuáles son los principales inconvenientes que un músico atraviesa para crecer y desarrollarse en el país?
-El único obstáculo es el que se pone uno mismo y como lo escuché por ahí, “querer es poder”. Pero sería ideal, no más apoyo, sino el mínimo de apoyo que debería brindar las entidades del Estado encargadas de la formación de todos los paraguayos, y no privarnos de lo poco que tenemos en el país.
-¿Planes para el futuro? ¿Te ves haciendo carrera en el exterior o regresar al país?
-En este momento solo pienso en mi recital de grado, el cual ya lo estoy empezando a preparar. No he definido bien que haré, espero continuar con alguna maestría pero mi deseo firme es volver a Paraguay.
Fuente: ABC
La intérprete se lució como invitada especial de la Orquesta de Mujeres Clara Schuman, en Colombia. / Gentileza
Descubrió el universo de la música a través de su familia. Formada en Paraguay, decidió explorar nuevas culturas y partió rumbo a Colombia. En ese país, Gabriela Rodríguez Villalba (23) se convirtió en la primera paraguaya seleccionada entre 70 músicos de todo el mundo para formar parte de la Orquesta de las Américas (YOA), una orquesta que tiene a nada menos que Plácido Domingo como consejero artístico.
Pero su acercamiento a la música no es reciente: en Asunción, cursó estudios en el Instituto Municipal de Arte (IMA) e integró la Orquesta Juvenil de Asunción. También participó como invitada en presentaciones de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción (OSCA) e integró el proyecto Sonidos de la Tierra, del maestro Luis Szarán.
Su currículum incluye nada menos que presentaciones como violinista en el teatro Colón de Buenos Aires y la colaboración con la popular agrupación mexicana Maná, en un concierto en Asunción y en Bogotá.
La pasión musical para ella es una cuestión de genética. “La música llegó a mi vida a través de mi familia”, comenta. “Más bien yo llegué a ella gracias a mis padres, quienes me acercaron a la profesión de mi abuelo y gran músico Ignacio ‘Nico’ Rodríguez (QEPD), saxofonista de la Banda de la Policía los años 1945-1983”.
Al hablar de sus principales formadores, nombra a la “familia” del Instituto Municipal de Arte (IMA) y la de Sonidos de la Tierra. “He recibido la mayor y más valiosa parte de mi aprendizaje y me gustaría destacar a los maestros Gladys Barreto y José María Calvo, grandes pilares de mi formación”, destaca.
-En Asunción te hiciste camino con proyectos como el de Sonidos de mi Tierra, participando del concierto de Maná, entre otros eventos. ¿Cómo reflexionás tu crecimiento como artista?
-Sin duda participar en los seminarios y festivales de Sonidos de la Tierra, así como de las clases magistrales que tuve la oportunidad de participar han contribuido enormemente en mi crecimiento. Los demás eventos los considero frutos de una labor ya hecha en los salones del IMA y el CEMTA. Aprovecho la ocasión para agradecer a Sonidos de la Tierra – San Lorenzo (CEMTA), quienes fueron los que me recibieron y me hicieron parte de esta gran familia.
-¿Por qué elegiste viajar a Colombia?
-De hecho no fue una elección, fue una oportunidad que la decidí tomar, la cual estoy muy contenta de haberla hecho y agradecida con mi familia, quienes me apoyaron desde el primer momento. El simple hecho de salir a buscar nuevas experiencias lo enriquece a uno y desde luego recibiendo una de las mejores formaciones de América Latina.
-¿Cuáles fueron tus principales aprendizaje en la orquesta de las Américas YOA?
-Me es difícil encontrar un aprendizaje principal porque aprendí mucho, pero sí puedo resaltar algo diferente, que no lo había vivido con otras orquestas: el servicio a la comunidad. Siempre pensé que sería ideal que todos sin importar profesión, sustento económico o ideologías debíamos prestar servicios a la comunidad, así sea lo más mínimo, como cuidar espacios comunes. Pero ese mes lo interioricé tanto, que entendí mejor mi papel como músico en la sociedad. No consistía simplemente en estudiar, alcanzar metas académicas y presentar conciertos; sino que pude comprender al fin, que tengo en mis manos una herramienta muy poderosa de cambio social. Es por ello que estoy muy entusiasmada con la idea de que la YOA planee en unas de sus giras visitar alguna vez Paraguay.
-¿Cómo llegaste a la Orquesta de Mujeres Clara Schuman?
-La Orquesta Clara Schumann es una de las orquestas que forman parte de la Fundación Orquesta Sinfónica de Bogotá (FOSBO) de la cual formo parte. A partir de una convocatoria que hicieron en el 2011 para integrarla he venido participando de las temporadas que presenta esta orquesta. Otras de las orquesta de FOSBO es la Serenata Colombiana, una orquesta de cuerdas con la que recientemente realizamos una gira por Europa.
-Recientemente presentaron el espectáculo “Sinfónica en Tacones”, con tu participación especial, en el marco del mes de la mujer. ¿Qué significó el show para tu carrera?
-Tocar como solista es una experiencia gratificante que como músico suma en la carrera musical y es la cereza de un trabajo arduo con los maestros que muchas veces queda allí. Por otro lado cabe destacar el propósito de la orquesta de dignificar el trabajo de las mujeres en el campo profesional, promover la transversalización de género y transmitir un mensaje de la no violencia y discriminación.
-¿Cuáles son las obras musicales que más disfrutás o para las cuales te sentís mejor preparada?
-Mi carrera está enfocada hacia lo que se conoce como música clásica, pero disfruto mucho tocar música latinoamericana y las peñas de música paraguaya con mi papá quien me acompaña con la guitarra.
-¿Cómo observás el crecimiento de la escena musical en Paraguay?
-Quiero decir que son unas de las cosas que más me enorgullecen de mi país. La manera tan rápida y la cantidad de talentos que han surgido en estos últimos años, es muy admirable. Solo nos falta más espacio para abarcar tanto talento paraguayo.
-A tu criterio, ¿cuáles son los principales inconvenientes que un músico atraviesa para crecer y desarrollarse en el país?
-El único obstáculo es el que se pone uno mismo y como lo escuché por ahí, “querer es poder”. Pero sería ideal, no más apoyo, sino el mínimo de apoyo que debería brindar las entidades del Estado encargadas de la formación de todos los paraguayos, y no privarnos de lo poco que tenemos en el país.
-¿Planes para el futuro? ¿Te ves haciendo carrera en el exterior o regresar al país?
-En este momento solo pienso en mi recital de grado, el cual ya lo estoy empezando a preparar. No he definido bien que haré, espero continuar con alguna maestría pero mi deseo firme es volver a Paraguay.
Fuente: ABC
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