Por Víctor Franco Novarecci
La falta de empleo hace que las personas se rebusquen para llevar el pan
de cada día a sus hogares.
El caso de Roberto Villamayor (32) quien es
más conocido como “motopancho” es un ejemplo de ingenio y superación.
Roberto en medio de la madrugada hace llegar su producto a todos los que lo llaman. |
Desde hace 4 años Roberto, se dedica a hacer delivery de panchos.
Arriba de una motocicleta, Villamayor sale de su casa todas las tardes a
cumplir con su trabajo de vender comida a domicilio.
Más conocido como el “motopancho” Roberto Villamayor recorre casi toda Asunción vendiendo su mercadería, sin importar el calor, la lluvia o el frío que se está viniendo en los próximos meses.
“Salgo a las 18:00 aproximadamente y regreso a mi casa a las 2:00 de la madrugada, en muchos casos con la venta total de mis panchos. Suelo vender entre 100 a 120 unidades por jornada y eso me sirve para poder mantener a mi esposa y a mi hijo de 5 años” nos comentó Roberto Villamayor, quien reside en Campo Grande, Asunción.
Roberto, como muchos otros compatriotas ante la imposibilidad de encontrar un trabajo en una empresa pública o privada, tuvo que dejar volar su imaginación y montar un trabajo informal, para ganarse la vida de forma honesta. La venta de comestibles fue el campo que eligió Roberto.
“Probé mil cosas, para vender en la calle, en mi casa, pero nada resultó. Cuando parecía que no iba a tener éxito en el negocio que emprendía, se me vino la idea de vender panchos en la calle...”, señaló Villamayor.
En un principio la venta estática no le resultó a Roberto, por lo que se hizo de una motocicleta y ahí llevaba sus panchos. Sin embargo el movimiento y las largas distancias fueron un punto en contra para que su mercadería llegue caliente y en buen estado a los clientes.
El joven emprendedor señaló que ya tiene su clientela formada. A la noche los trabajadores solo marcan el número de celular y Roberto llega hasta el lugar para entregar la cena.
“Ya tengo muchos clientes, quienes me llaman y yo voy en la brevedad posible. Hay días en que tengo varios pedidos y me quedo corto. En el camino se termina mi producto, pero siempre trato de llegar a todos”, explicó el joven emprendedor.
Si bien la jornada del “motopancho” comienza a rodar a la tarde, nos comenta que se levanta generalmente a las 9:00 y ya va a comprar la mercadería, luego con la ayuda de su esposa prepara todo para después del almuerzo y una siesta reparadora para comenzar con la venta.
Las personas que trabajan en horario nocturno son los potenciales clientes de Roberto Villamayor, quien se moviliza hasta donde lo llaman y a la fecha después de 4 años ya formó un grupo de clientes interesantes.
Más conocido como el “motopancho” Roberto Villamayor recorre casi toda Asunción vendiendo su mercadería, sin importar el calor, la lluvia o el frío que se está viniendo en los próximos meses.
“Salgo a las 18:00 aproximadamente y regreso a mi casa a las 2:00 de la madrugada, en muchos casos con la venta total de mis panchos. Suelo vender entre 100 a 120 unidades por jornada y eso me sirve para poder mantener a mi esposa y a mi hijo de 5 años” nos comentó Roberto Villamayor, quien reside en Campo Grande, Asunción.
Roberto, como muchos otros compatriotas ante la imposibilidad de encontrar un trabajo en una empresa pública o privada, tuvo que dejar volar su imaginación y montar un trabajo informal, para ganarse la vida de forma honesta. La venta de comestibles fue el campo que eligió Roberto.
“Probé mil cosas, para vender en la calle, en mi casa, pero nada resultó. Cuando parecía que no iba a tener éxito en el negocio que emprendía, se me vino la idea de vender panchos en la calle...”, señaló Villamayor.
En un principio la venta estática no le resultó a Roberto, por lo que se hizo de una motocicleta y ahí llevaba sus panchos. Sin embargo el movimiento y las largas distancias fueron un punto en contra para que su mercadería llegue caliente y en buen estado a los clientes.
Acondicionando el vehículo
“Compre para mi motocicleta y llevé a una herrería para que me acondicionen lugares para poder llevar los panchos, en una olla y con una pequeña garrafa. También me pusieron como unas canastas atrás donde llevo los condimentos y también gaseosas. Cuando le iba diciendo al señor lo que quería que le pongan a la moto, el hombre me miraba extrañado...” comentó entre risas el “motopancho”.El joven emprendedor señaló que ya tiene su clientela formada. A la noche los trabajadores solo marcan el número de celular y Roberto llega hasta el lugar para entregar la cena.
“Ya tengo muchos clientes, quienes me llaman y yo voy en la brevedad posible. Hay días en que tengo varios pedidos y me quedo corto. En el camino se termina mi producto, pero siempre trato de llegar a todos”, explicó el joven emprendedor.
Si bien la jornada del “motopancho” comienza a rodar a la tarde, nos comenta que se levanta generalmente a las 9:00 y ya va a comprar la mercadería, luego con la ayuda de su esposa prepara todo para después del almuerzo y una siesta reparadora para comenzar con la venta.
Las personas que trabajan en horario nocturno son los potenciales clientes de Roberto Villamayor, quien se moviliza hasta donde lo llaman y a la fecha después de 4 años ya formó un grupo de clientes interesantes.
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