Alberto de Luque con Paul McCartney y John Lennon
Hace 50 años, cuando los jóvenes ingleses aún no eran famosos, pidieron al cantante guaireño un favor que cambió su historia.
25/03/2012
Ese día, el paraguayo Vitalino Rodríguez Báez estaba preparando su tercer longplay para uno de los sellos discográficos más importantes del momento. Tras casi dos horas de ensayo al piano con un famoso arreglista, Vitalino sale al baño y es abordado por Tony Sheridan: “Mi amigo, por favor, ayúdame”, le dijo. “Tengo un gran problema, los muchachos quieren irse de nuevo a Liverpool y yo no puedo, tengo mujer e hijos acá”.
“Qué querés”, preguntó el cantante guaireño. En aquella época, su amigo tenía un grupo llamado “Tony Sheridan and the Beatles”, que “actuaba en un bar de mala muerte en el barrio St. Pauli” y contaban con “tres sencillos y no vendían nada”, por lo que Polydor no les prestaba atención.
“Queremos romper el contrato”, respondió Sheridan. Alberto de Luque era cercano al director artístico de Polydor, Bobby Smith, que además era coautor de varias grabaciones del músico paraguayo. Así que intercedió, habló con Smith, y éste enseguida pidió el contrato a su secretaria.
Mientras esperaban, Tony le presentó a Alberto con John y Paul. Lennon era “flaco, alto, casi tan alto como yo, con un anteojo blanco, la cara amarillenta” y McCartney “se reía, me besaba la mano, 'thank you' y más 'thank you'”.
Bobby apareció con el contrato en la mano, rompió en cuatro pedazos y les entregó. “Los muchachos me dieron las gracias, no sabían qué hacer, el que era más amoroso era Paul McCartney; John Lennon, mucho más frío”, recordó. “Entonces me agradecieron tanto, y se fueron. Ellos se fueron a Liverpool, y seis meses después cae la bomba: 'Yeah, yeah, yeah...'”, por “She loves you”.
Alberto de Luque hará una nota e intentará saludar a McCartney en el hotel.
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