La cantante y actriz estadounidense Demi Lovato se presentó en la noche
del jueves en el Teatro del Banco Central, y desató la euforia de unos
mil “lováticos” que disfrutaron de su estrella pop.
Por Jorge Coronel
Demi Lovato desató la euforia de sus fanáticos. / Jorge Rolón, ABC Color. |
No
debe ser fácil, con solo 19 años, irrumpir al éxito mundial y lidiar
con conflictos personales que la llevaron en los últimos tiempos a
explicar anteriores problemas de peso, de adicción a las drogas y
alcohol, así como el haber sido víctima de “bullying” –acoso escolar
basado en el maltrato psicológico– durante su adolescencia.
Es que
la estrella joven es reconocida en el mundo por personajes como el de
Mitchie Torres, de la película de Disney “Camp Rock”, en la actuó junto a
los Jonas Brothers, y su público es –casi estrictamente–
infantojuvenil.
Pero ese contraste con la realidad –esa aparente ‘felicidad Disney’ versus los pesares del éxito, que hoy la colocan en boca de la prensa mundial– no la exime del talento que lleva en escena, y que justifica la conexión que logra con un público que está mucho más cerca de la inocencia que de los excesos del rock de su ídola.
“Una noche especial con Demi Lovato” prometía el espectáculo, y es lo que fue para el auditorio de 1.200 personas que –en su mayoría formado por niños, adolescentes y acompañantes– disfrutaron de la artista pop, que a veces juega hacia otros terrenos y, vale decirlo, no se equivoca.
Como cuando, sentada en un piano de cola negro, interpreta “Skyscraper”, o cuando toma la guitarra acústica y hace lo suyo en “Catch Me”. O cuando juega con su imagen de ‘chica mala’, patea y tira al suelo su silla en “Don’t Forget”, canción coescrita por la misma Lovato junto a sus excompañeros, los Jonas Brothers.
También habrá momentos para solos de batería y una continua interacción con sus dos compañeras coristas.
“¡Paraguay! ¡Vamos a mantener esta fiesta!”, saludaba la diva ‘teen’… y sus fans ardían. “¡Gracias por venir! Vamos a pasar un gran momento esta noche (…). Nunca estuve en Paraguay, y estoy muy contenta de estar aquí”, repetía.
El diálogo era constante… y la respuesta no se hacía esperar. “¿Hay algún chico que me quiera llevar a dar una vuelta?”, planteaba la cantante. Y los gritos respondían.
“All Night Long” –aperture de la noche–, “Got Dynamite”, “Hold Up”, “Get Back”, “My Love Is Like A Star” y “Fix A Heart” marcaban la primera etapa del show, que seguiría después con “Who’s That Boy”, “You’re My Only Shorty” y “Here We Go Again”.
“Quiero hacer algo con ustedes”, desafiaba Lovato, invitando a sus fans de primera fila a pasar las barreras de seguridad y acercarse más al escenario. Los chicos obedecieron el pedido, lo que generó la histeria: al menos cinco fans lograron trepar al escenario y saltar sobre su ídola, quien terminó corriendo para escapar de la ‘turba’ juvenil que deseaba, al menos, tocarla.
Una decena de guardias de seguridad, entonces, tuvo que poner orden, aunque con dificultad: los “lováticos” –como se hacen llamar sus fans–, desenfrenados, se proponían llegar a su estrella.
“La La Land”, “Skyscraper”, “How To Love” –un cover de Lil Wayne–, “Together” y “Remember December” seguían el repertorio de la noche pop.
Para el final: una versión eléctrica de “Give Your Heart A Break” y “Unbroken”, con su público ya en llamas. La agenda la llevará después hasta escenarios de Buenos Aires, Montevideo, San Pablo, México DF y Monterrey.
“Nunca los olvidaré, ¡son increíbles!”, aseguraba la cantante en clave de despedida, mientras los chicos –con cámaras, celulares y cualquier dispositivo posible– captaban, para el recuerdo, imágenes de la artista.
Eran las 22:35, y el show de una hora veinte minutos había terminado. Con los mismos gritos, los mismos llantos, la misma histeria… pero un público de “lováticos” con su sueño cumplido: el haber disfrutado de una noche especial con la chica Disney.
Pero ese contraste con la realidad –esa aparente ‘felicidad Disney’ versus los pesares del éxito, que hoy la colocan en boca de la prensa mundial– no la exime del talento que lleva en escena, y que justifica la conexión que logra con un público que está mucho más cerca de la inocencia que de los excesos del rock de su ídola.
“Una noche especial con Demi Lovato” prometía el espectáculo, y es lo que fue para el auditorio de 1.200 personas que –en su mayoría formado por niños, adolescentes y acompañantes– disfrutaron de la artista pop, que a veces juega hacia otros terrenos y, vale decirlo, no se equivoca.
Como cuando, sentada en un piano de cola negro, interpreta “Skyscraper”, o cuando toma la guitarra acústica y hace lo suyo en “Catch Me”. O cuando juega con su imagen de ‘chica mala’, patea y tira al suelo su silla en “Don’t Forget”, canción coescrita por la misma Lovato junto a sus excompañeros, los Jonas Brothers.
También habrá momentos para solos de batería y una continua interacción con sus dos compañeras coristas.
“¡Paraguay! ¡Vamos a mantener esta fiesta!”, saludaba la diva ‘teen’… y sus fans ardían. “¡Gracias por venir! Vamos a pasar un gran momento esta noche (…). Nunca estuve en Paraguay, y estoy muy contenta de estar aquí”, repetía.
El diálogo era constante… y la respuesta no se hacía esperar. “¿Hay algún chico que me quiera llevar a dar una vuelta?”, planteaba la cantante. Y los gritos respondían.
“All Night Long” –aperture de la noche–, “Got Dynamite”, “Hold Up”, “Get Back”, “My Love Is Like A Star” y “Fix A Heart” marcaban la primera etapa del show, que seguiría después con “Who’s That Boy”, “You’re My Only Shorty” y “Here We Go Again”.
“Quiero hacer algo con ustedes”, desafiaba Lovato, invitando a sus fans de primera fila a pasar las barreras de seguridad y acercarse más al escenario. Los chicos obedecieron el pedido, lo que generó la histeria: al menos cinco fans lograron trepar al escenario y saltar sobre su ídola, quien terminó corriendo para escapar de la ‘turba’ juvenil que deseaba, al menos, tocarla.
Una decena de guardias de seguridad, entonces, tuvo que poner orden, aunque con dificultad: los “lováticos” –como se hacen llamar sus fans–, desenfrenados, se proponían llegar a su estrella.
“La La Land”, “Skyscraper”, “How To Love” –un cover de Lil Wayne–, “Together” y “Remember December” seguían el repertorio de la noche pop.
Para el final: una versión eléctrica de “Give Your Heart A Break” y “Unbroken”, con su público ya en llamas. La agenda la llevará después hasta escenarios de Buenos Aires, Montevideo, San Pablo, México DF y Monterrey.
“Nunca los olvidaré, ¡son increíbles!”, aseguraba la cantante en clave de despedida, mientras los chicos –con cámaras, celulares y cualquier dispositivo posible– captaban, para el recuerdo, imágenes de la artista.
Eran las 22:35, y el show de una hora veinte minutos había terminado. Con los mismos gritos, los mismos llantos, la misma histeria… pero un público de “lováticos” con su sueño cumplido: el haber disfrutado de una noche especial con la chica Disney.
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