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| Gerónimo Ayala. / abc color |
Con pies descalzos pero el alma llena de ilusiones, este niño de 8 años
caminaba cinco kilómetros para llegar a la escuela más cercana. Hoy se
convirtió en el primer indígena en liderar un proyecto habitacional de
viviendas en Senavitat.
La historia de Gerónimo Ayala inicia en la ciudad de Coronel Bogado, Itapúa, donde nació y comenzó su ardua trayectoria como miembro indígena de la comunidad mby’a guaraní, según lo relató a ABC Color.
“Mis padres se dedicaban al cultivo de las pequeñas parcelas, no teníamos muchos ingresos económicos”, recordó Ayala.
El amor al estudio
A los 8 años se trasladó 20 kilómetros a la comunidad Pindó en San Cosme, con sus padres y ocho hermanos, como parte de un programa de relocalización de la Entidad Binacional Yacyretá.“Ahí hice el segundo grado, con mi hermano caminábamos cinco kilómetros, a veces descalzos”, recordó Ayala. Sin embargo, con el apoyo de sus padres nunca consideró abandonar sus estudios, “mama me decía que el éxito era de quien estudiaba”.
Dos años después la comunidad de Ayala fue bendecida con una precaria escuela, donde terminó su educación primaria. “La escuela era solamente una casa de chapas, y el maestro era mi cuñado”, recordó. “A mi me gustaba estudiar y ahí me fui a Coronel Bogado para continuar con el primer curso”.
Al terminar el colegio, Ayala decidió trasladarse a Encarnación, al Colegio Técnico Nacional, con el apoyo económico de una beca de Yacyretá. Ahí se recibió de Maestro Mayor de Obras, “como todo estudiante, quise superarme a mí mismo y empecé la facultad”.
La trayectoria de Ayala no culminó ahí, y continuó con la carrera de arquitectura en la Universidad Católica de Encarnación. “Me incliné hacia la arquitectura a medida que pasaba el tiempo yo me daba cuenta de que la arquitectura no era solo dibujar” expresó.
Los obstáculos
El problema de la discriminación no es un problema individual, es un problema con el que se enfrenta toda la comunidad, relató Ayala.“Yo particularmente no tuve esos problemas, pero la discriminación en sí existe”, explicó. Agregó que la base de las dificultades está en la falta de oportunidades de empleo, convirtiéndose en un obstáculo económico para él y para su comunidad.
De ahí se derivan otros problemas, como el acceso a la electricidad, el agua, a los servicios de salud y a la educación.
El fruto del esfuerzo
Estos obstáculos no fueron suficientes para detener a Ayala, quien con 31 años, ahora es el primer indígena en liderar un proyecto habitacional de la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat.Este proyecto está destinado a satisfacer las necesidades de su comunidad mby’a guaraní, mezclando los elementos de la arquitectura moderna con la antigua. Denominado “Oga’i”, la iniciativa busca preservar la esencia de su cultura, consiguiendo también la aceptación de la comunidad y la sostenibilidad del proyecto.
Inicialmente se plantean construir 1.200 viviendas como plan piloto, para luego expandirlo a otras comunidades. Estas viviendas serán construidas con materiales disponibles en la zona, pero lo suficientemente resistentes y durables como para satisfacer las necesidades de la arquitectura moderna.
“El indígena busca un equilibrio con su entorno, con la naturaleza, y eso se refleja en la arquitectura. Parte desde la cosmovisión del mbya guaraní, utilizando la técnica de la época moderna, se trata de recuperar la identidad a través de la arquitectura”, relató.
Ayala explicó que actualmente el proyecto se encuentra en trámite por los cambios de autoridades, pero espera que arranquen lo antes posible.
Fuente: ABC
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