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Aproximadamente 2 mil millones de dólares costará la construcción del ferrocarril bioceánico, cuya extensión toca un poco más de 500 kilómetros de suelo paraguayo. El presupuesto que se prevé, en primera instancia, sería ejecutado con el inicio de la construcción en el 2021, y con esto Paraguay asumirá el reto de la coyuntura sudamericana de integración de infraestructura que surge como desafío en la región, refirió el ingeniero Juan Segalés, de la Dirección de Planificación del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC).
El ingeniero al dimensionar básicamente los beneficios del proyecto, en el que se destacará un nuevo posicionamiento de Paraguay, refirió que del estado de dificultades para llegar a ultramar se cuadruplicarán las alternativas. “Se unirán directamente el tramo paraguayo con los puertos de Paranaguá (Brasil) y Antofagasta (Chile), desarrollándose sobre el Brasil, Paraguay, Argentina y Chile”, explicó al enseñar el trazado.
El ferrocarril bioceánico ya se convierte en una necesidad para el comercio exterior, que siente cada vez más presión por los escenarios políticos que generan cada vez más trabas a las salidas terrestres, como el caso de Argentina. Pero más por la limitación que tiene hoy nuestra producción que va a seguir aumentando, remarcó Segalés.
VENTAJAS
Los polos de desarrollo que se pronostican en torno a este proyecto son inminentes, pese a que todavía llevaría unos 8 años el inicio de su construcción. Su conexión con el Pacífico representará el paso ansiado para muchos exportadores que claman un nuevo rumbo de salida de sus productos.
Pero la ventaja, además de las nuevas rutas, optimizarán los precios, remarcó el profesional. El ahorro en traslados, comparado con el recorrido actual del transporte terrestre, podría ser del 50% para llegar a los puntos de embarques. “Si yo embarco en Santa Rita, por ejemplo, no me va a costar más de US$ 21 el traslado, frente a los US$ 35 la tonelada que se cobra en este momento con el transporte terrestre, sin contar el peligro de accidente, la alta congestión principalmente en la ruta 2 y 7, la falta de automatización del transporte que dilata más el recorrido, etc., con los que fácilmente se llegan a los US$ 40 la tonelada”, explicó Segalés, al destacar el entusiasmo de los productores con el proyecto.
Las ventajas generales, según lo comentado por la fuente, el eje ferroviario bioceánico traerá consigo la autonomía del país, unos 200 kilómetros menos de tránsito por hidrovía, que significa evadir al problema de la sequía, la capacidad de trasladar 8 veces más que un camión de un HP, mayor expansión de las terminales de cargas, como se observa con los puntos en rojo en el mapa, una posibilidad de convivencia más armónica y mejores oportunidades para el tránsito terrestre, nuevas probabilidades de desarrollo en más puntos del país, etc.
“No tenemos que olvidar que Chile, por ejemplo, exporta 2 millones de toneladas de cobre por mes al Brasil, podemos ser un puente por las vueltas que deben hacer esas cargas hoy”, aseveró al remarcar ventajas específicas.
Este
proyecto es un generador de negocios. Es el modo que le faltaba a los
sistemas de transportes que tenemos actualmente, lo fluvial y lo
terrestre, vendrá a dinamizar los modos logísticos.
PUNTO DE VISTA
Juan Segalés, de MOPC.
Será
una oportunidad para los negocios de combustible, maquinarias,
repuestos, los plásticos para la fábrica, etc. Además no hay que olvidar
a Río Tinto Alcan, que si se instala disparará el movimiento de
transporte por las industrias que impulsará.
CIFRAS
3.352 Km de extensión total del ferrocarril bioceánico, incluyendo los cuatro países.
200 Km de la hidrovía se ahorrará con el modo ferroviario bioceánico planteado.
US$ 40 La tonelada, traslado actual desde los centros de acopio tradicionales.
US$ 21 Podría ser el precio del transporte por tonelada por el modo ferroviario.
50% De ahorro en flete se lograría con el modo de transporte ferroviario.
Fuente: 5dias
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