EVOLUCIÓN EN LA ÚLTIMA DÉCADA
El país muestra el índice más alto de inserción de mujeres de escasos recursos, en Sudamérica.
por Marta García
martagarcia@lanacion.com.py
La tradicional figura del hombre que sale a trabajar y la mujer que se
dedica solo a los quehaceres domésticos va quedando para la historia,
tanto en el país como en la región. En la última década, la fuerza
laboral femenina en Paraguay creció 12%, levemente por debajo del
promedio de 15% observado en la región, según el informe “El efecto del
poder económico de las mujeres en América Latina y el Caribe”, elaborado
por el Banco Mundial (BM).
El índice correspondiente a la población masculina, por su parte, se
incrementó 4%, por encima del promedio de 2% registrado en
Latinoamérica. Esto demuestra que la inserción laboral de las mujeres
fue mucho más fuerte que la de los hombres, lo cual se presentó como una
tendencia en esta parte del mundo.
Este avance fue protagonizado por las mujeres de escasos recursos, ya
que en este sector, Paraguay registró un índice de 64% en cuanto al
ingreso al mercado laboral; esta cifra es la segunda más elevada de
Latinoamérica y constituye la más alta dentro de Sudamérica, pues solo
le supera Panamá, con 74%. La variación en la población adinerada es de
solo 6%.
Los países con mayor crecimiento de fuerza laboral, entre los años 2000
y 2010, fueron Panamá, Perú y Colombia, con índices de 35%, 24% y 23%,
respectivamente. En el terreno masculino, llevan la delantera Panamá,
Colombia y Perú, con 18%, 13% y 7%.
CONTRA LA POBREZA
El aumento de participación femenina en los puestos de trabajo
constituye un escudo de los países contra la pobreza, según los análisis
del BM. La institución considera que, sin este incremento, la pobreza
extrema de Latinoamérica en 2010 habría sido 30% más alta.
“Especialmente durante 2009, el hecho de que las mujeres participaran
en el mercado laboral ayudó a reducir el impacto de la crisis. Los
hogares que dependían únicamente del ingreso del hombre eran más
vulnerables que aquellos donde tanto el hombre como la mujer estaban
trabajando. Muchos hombres perdieron sus empleos durante la crisis, y
fueron más dependientes de los ingresos laborales de sus mujeres para
impulsar la reducción de la pobreza”, sostuvo Louise Cord, gerente de la
Unidad de Pobreza, Género y Equidad del Banco Mundial.
Fuente: lanación
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