Lentamente y a pasos seguros se va desarrollando la sericultura (el cultivo de mora y cría de gusanos de seda) en el país.
Actualmente productores de Kamba Rembe, del departamento de San Pedro, trabajan arduamente en este sector alternativo.
Yeruti Salcedo
ysalcedo@5dias.com.py
@yerutree
La producción
va a la hilandería para luego ser exportada a Italia y a Japón, donde se
encuentra la matriz de la empresa Nembri (propietarios a su vez de Seda y
Fibra SRL, firma que opera en el Paraguay), para luego ser distribuida a muchos
otros mercados. En tres años la firma exportó por valor de US$ 20 millones.
En la década de los sesenta, en el Paraguay se tuvo unas
primeras experiencias de incorporación de la sericultura por parte de los
japoneses de la empresa Isepsa (Katakura y Itochu, de Japón).
El objetivo del proyecto es el de proveer de capullos de
seda a hilanderías japonesas. La tecnología utilizada fue de tipo tradicional
japonés, la mejor del mundo y la misma de la empresa Seda y Fibras.
El
proyecto tuvo éxito en las colonias japonesas de los primeros inmigrantes hacia
el Paraguay, donde se llegó a una producción máxima de 800 toneladas de
capullos verde.
“Exportamos la producción desde 1989, trabajamos muy de
cerca con el Gobierno, pero nosotros sabemos que el trabajo se divide en dos, por
un lado, el sector privado hace su parte y, por otro lado, el Gobierno, no
esperamos que ellos hagan nuestro trabajo, nosotros traemos tecnología,
mercados.
En cuanto a las exportaciones ahora estamos reactivando, en valores
no tenemos aún, pero en tres años llegamos a exportar por US$ 20 millones”,
indicó Andrea Nembri, director de la empresa Seda y Fibras SRL.
DIFUSIÓN DEL CULTIVO
La difusión con los campesinos paraguayos fue muy débil en
las áreas de influencia, lo cual no ha causado ninguna repercusión
significativa. Nunca hubo el plan de implantar el sector genético (se importaban
huevos de Japón) ni de instalar una hilandería en Paraguay.
En el año 1986 inversionistas italianos, especialista en
sericultura, vinieron a Paraguay y luego de un estudio agronómico y técnico de
factibilidad, resolvieron instalar en Paraguay una empresa de producción de
capullos y una industria de seda.
La empresa Seda y Fibras SRL se constituyó en diciembre del
año 1988 y empezó un trabajo a largo plazo de transferencia de tecnología y de
incentivo a la sericultura, mediante la producción propia de capullos de seda,
así como fomentando la producción con las familias campesinas de los
alrededores de Alto Paraná.
En el año 1994 se puso en marcha la hilandería en
Hernandarias y la producción se fue desarrollando con la introducción de
máquinas de la más alta tecnología, así como la realización de la infraestructura
necesaria para ese efecto.
La planta de Hernandarias exportó el 100% de producción,
inclusive desechos y subproductos, abasteciéndose de materia prima en buena
parte en el exterior para su procesamiento y posterior exportación, debido a
que la producción del país es insuficiente para cubrir la demanda de materia
prima requerida por la empresa.
CAPACIDAD INSTALADA
La capacidad de la planta industrial para la absorción de la
materia prima producida por los sericultores llega a las 2.000 toneladas de
capullo fresco por año como mínimo. La producción interna de Paraguay no llegó
a despegar por dos motivos fundamentales: los primeros productores de Alto
Paraná e Itapuá fueron desplazados por el avance de la producción de los granos
y nunca hubo un plan orgánico de apoyo al campesino sericultor.
Este segundo motivo, junto con la dificultad de acceso a las fincas, la falta de comunicación y la ausencia de una organización campesina fueron los motivos que impidieron el suceso hasta la fecha.
Fuente: 5dias
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