El proyecto Sonidos de la Tierra comenzará una nueva etapa en los penales de Emboscada y Buen Pastor. / Facebook, Luis Szarán
Probablemente el lector recuerde las imágenes utilizadas como parte de una de las primeras campañas publicitarias para el proyecto “Sonidos de la Tierra” llevada adelante por el maestro Luis Szarán.
En ellas, figuras de la música clásica aparecen atajando la mano de un joven que trataba de delinquir y romper el vidrio de un automóvil con una piedra; o la de un muchacho que está a punto de pelearse con otro.
La idea de Szarán fue siempre esa, que la música puede ser una alternativa para alejar a niños y jóvenes del mal camino. Con esa finalidad nacieron varios proyectos, el más reciente el de la Orquesta H2O.
Ahora, Szarán lidera un nuevo desafío: llevar esperanza a las personas que viven tras las rejas.
Fue así que en compañía de representantes del Ministerio de Justicia y Trabajo y la Fundación Tierra Nuestra se decidió dar inicio al proyecto que ahora comienza a concretarse. Pero antes de dar cualquier paso, relató Szarán en conversación con ABC Color, se tenía que diagramar bien el proyecto.
La idea es, según el maestro, ofrecerles a los internos del penal de Emboscada y Buen Pastor la posibilidad de explotar su talento musical.
Hace un mes comenzaron los ensayos con las reclusas del Buen Pastor, que han decidido conformar el “Coro FEM”. “Tenemos como meta hacer una gran presentación a final de año”, agrega.
Para Emboscada, el proyecto es ligeramente diferente.
Gracias al apoyo de donantes anónimos, empresas y personas particulares se consiguió comprar 15 violines y 10 guitarras que se sumaron a otros instrumentos que ya habían sido regalados anteriormente.
La idea es formar una pequeña orquesta. Las clases comenzarán en días más y hasta el momento hay unos 70 interesados.
Además, mientras se daban los primeros trámites, Szarán pudo notar que muchos de los internos tienen habilidades como artesanos. De ahí surgió una idea complementaria, realizar talleres de construcción de instrumentos musicales para los reclusos.
Durante la primera etapa, aprenderán a construir instrumentos reciclados del proyecto H2O.
“Queremos darle la posibilidad de que cuando salgan en libertad puedan tener una profesión”, aseveró.
Pero la idea no se quedará ahí, en base a lo que se vaya evidenciando con el trabajo en estos dos penales, la idea es extenderse y llegar a todos los reclusorios del país.
Fuente: ABC
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