El martes una mujer olvidó su computadora en la vereda de su trabajo, cuando buscaba las llaves de su auto, luego de horas se percató del hecho y dio por perdido el aparato que contenía todo su trabajo.
Pasaron dos días hasta que una persona se comunicó con ella para avisarle que su nieta había encontrado la máquina y le quería devolver.
"La foto de la felicidad" detalla Amelí sobre esta imagen
donde se la ve con su netbook recuperada. | Foto: Amelí Schneider
Zaldivar.
El gesto de solidaridad fue para Amelí Schneider Zaldívar,
docente, ilustradora y gestora cultura. Ella comentó a ULTIMAHORA.COM que el martes
había salido del colegio donde trabaja, cuando ya caía la noche, y como llevaba
muchas cosas en la mano al momento de buscar las llaves de su auto bajó su
netbook en el pasto de la vereda y luego subió al auto, olvidando su instrumento
de trabajo.
"El martes a las 7.00 de la tarde salí del Colegio del Sol porque estaba haciendo una asesoría y estaba trabajando con la computadora, me bajé y normalmente me voy cargada con muchas cosas por eso mi sospecha fue que al buscar la llave, dejé la compu en el pasto", manifiesta Amelí.
Ya entrada la noche y luego de haber hecho varias paradas antes de llegar a su vivienda, se percata que no tenía la computadora. En principio, creyó que pudo olvidarla en el colegio y que alguien le avisaría de que se encontró, pero pasó un día y en el colegio nadie vio la máquina.
Fue así que el miércoles, desesperada por continuar con los trabajos que tenía en su computadora perdida, intentó adquirir otra, pero no le habían acreditado un pago pendiente que tenía, lo que le impidió comprar el nuevo aparato.
"No cobré un sueldo que tenía que cobrar y por eso no pude comprar nada", cuenta Amelí.
Finalmente, consiguió prestar una máquina en el colegio y así pudo continuar su trabajo durante todo el miércoles. Pero este jueves a primera hora de la mañana, una llamada la sorprendió.
"El martes a las 7.00 de la tarde salí del Colegio del Sol porque estaba haciendo una asesoría y estaba trabajando con la computadora, me bajé y normalmente me voy cargada con muchas cosas por eso mi sospecha fue que al buscar la llave, dejé la compu en el pasto", manifiesta Amelí.
Ya entrada la noche y luego de haber hecho varias paradas antes de llegar a su vivienda, se percata que no tenía la computadora. En principio, creyó que pudo olvidarla en el colegio y que alguien le avisaría de que se encontró, pero pasó un día y en el colegio nadie vio la máquina.
Fue así que el miércoles, desesperada por continuar con los trabajos que tenía en su computadora perdida, intentó adquirir otra, pero no le habían acreditado un pago pendiente que tenía, lo que le impidió comprar el nuevo aparato.
"No cobré un sueldo que tenía que cobrar y por eso no pude comprar nada", cuenta Amelí.
Finalmente, consiguió prestar una máquina en el colegio y así pudo continuar su trabajo durante todo el miércoles. Pero este jueves a primera hora de la mañana, una llamada la sorprendió.
En su muro del Facebook, cuenta cómo se dio todo: "Hoy
me despertó una llamada, se puede decir que tengo tres ángeles, un nieto, una
nieta y una abuela".
Continúa manifestando que una señora fue la que habló con ella y le dijo: "Buen día Amelí usted no me conoce, ayer muy temprano mi nieta se encontró una computadora en la calle. Le pedí a mi nieto que entiende más de esto, que entre a la máquina para averiguar de quién podría ser. Efectivamente, logró entrar a tu Facebook automáticamente y encontró tu número y todo lo que estás pasando. Y queremos devolvértela. Estaba en el pasto de la calle Justo Prieto. Como no tenemos Facebook, te llamamos".
Antes de finalizar la llamada, acordaron encontrarse en el patio de comidas del Hiperseis. Hasta allí llegó la abuela con la netbook en la mano para entregársela a su dueña. Amelí quiso retribuirle de alguna manera el gesto solidario, pero la mujer rechazó todo tipo de recompensa, solo le dijo que se llamaba doña Lili y que hacía lo que tenía que hacer.
"Yo les quise hacer mención y me dijeron que no querían nada, y les daba mucha vergüenza que los mencione de alguna manera", expresó Amelí.
Un hecho anecdótico es que, poco después de dar por perdida la computadora, un amigo le recomendó cambiar todas las contraseñas de la máquina para evitar sufrir algún tipo de hackeo de sus cuentas.
Ella agradece haber estado tan ocupada durante estos dos días, lo que hizo que no recordara la recomendación de su amigo, ya que gracias a eso, el nieto de doña Lili pudo obtener sus datos para que la abuela pueda comunicarse con ella.
"Es evidente dos cosas, mi nivel de distracción que ya es alto, está más alto por este fin de año y la cantidad de actividades que esto implica. Y dos, existe gente hermosa, ellos, la abuela y sus nietos, son mis tres ángeles. Qué lindo es saber que seres así existen. Gracias a todos por el apoyo de ayer en el muro y a la vida", culminaba el texto escrito por Amelí.
En la parte final de la comunicación con ÚH, la mujer resalta una vez más la esperanza que produce este tipo de acciones en un mundo donde abundan las noticias sobre asaltos, desgracias y penurias que atraviesan muchas personas.
"Estas cosas te dan esperanzas, por esta gente hay que cambiar las cosas, cambiar el mundo, porque esto te da esperanza", afirma.
Continúa manifestando que una señora fue la que habló con ella y le dijo: "Buen día Amelí usted no me conoce, ayer muy temprano mi nieta se encontró una computadora en la calle. Le pedí a mi nieto que entiende más de esto, que entre a la máquina para averiguar de quién podría ser. Efectivamente, logró entrar a tu Facebook automáticamente y encontró tu número y todo lo que estás pasando. Y queremos devolvértela. Estaba en el pasto de la calle Justo Prieto. Como no tenemos Facebook, te llamamos".
Antes de finalizar la llamada, acordaron encontrarse en el patio de comidas del Hiperseis. Hasta allí llegó la abuela con la netbook en la mano para entregársela a su dueña. Amelí quiso retribuirle de alguna manera el gesto solidario, pero la mujer rechazó todo tipo de recompensa, solo le dijo que se llamaba doña Lili y que hacía lo que tenía que hacer.
"Yo les quise hacer mención y me dijeron que no querían nada, y les daba mucha vergüenza que los mencione de alguna manera", expresó Amelí.
Un hecho anecdótico es que, poco después de dar por perdida la computadora, un amigo le recomendó cambiar todas las contraseñas de la máquina para evitar sufrir algún tipo de hackeo de sus cuentas.
Ella agradece haber estado tan ocupada durante estos dos días, lo que hizo que no recordara la recomendación de su amigo, ya que gracias a eso, el nieto de doña Lili pudo obtener sus datos para que la abuela pueda comunicarse con ella.
"Es evidente dos cosas, mi nivel de distracción que ya es alto, está más alto por este fin de año y la cantidad de actividades que esto implica. Y dos, existe gente hermosa, ellos, la abuela y sus nietos, son mis tres ángeles. Qué lindo es saber que seres así existen. Gracias a todos por el apoyo de ayer en el muro y a la vida", culminaba el texto escrito por Amelí.
En la parte final de la comunicación con ÚH, la mujer resalta una vez más la esperanza que produce este tipo de acciones en un mundo donde abundan las noticias sobre asaltos, desgracias y penurias que atraviesan muchas personas.
"Estas cosas te dan esperanzas, por esta gente hay que cambiar las cosas, cambiar el mundo, porque esto te da esperanza", afirma.
Fuente: ultimahora
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