Un grupo de
arquitectos y voluntarios volcaron su creatividad y conocimientos en un
proyecto que hizo que cientos de familias afectadas por las inundaciones
vuelvan a tener esperanzas. Un puente flotante eliminó el aislamiento
de una comunidad completa.
Puente flotante terminado. / Facebook, Workshop Aqua Alta
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Prueba del prototipo. / Facebook, Workshop Aqua Alta
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Proceso de construcción del puente. / Facebook, Workshop Aqua Alta
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Prueba del puente en uno de los talleres. / Facebook, Workshop Aqua Alta
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Proceso de construcción del puente. / Facebook, Workshop Aqua Alta
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También los mismos damnificados ayudaron. / Facebook, Workshop Aqua Alta
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Proceso de construcción del puente. / Facebook, Workshop Aqua Alta
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Proceso de construcción del puente. / Facebook, Workshop Aqua Alta
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Proceso de construcción del puente. / Facebook, Workshop Aqua Alta
Dos meses enteros, cerca de 300 familias ubicadas en la zona baja,
cercana al Parque Caballero, se quedaron aisladas por la crecida del río
Paraguay. Miembros de la Pastoral Social Arquidiocesana, a través del
Centro Comunitario Chacarita, vieron el problema y buscaron la manera
más rápida para solucionarlo.
Niños que tenían que ir a la
escuela, madres y padres que debían salir a trabajar, o representantes
de instituciones que debían hacer llegar la ayuda a las familias
afectadas, debían hacer un camino a pie de dos a tres horas, ya que
tenían que rodear la comunidad para llegar, ya que el camino directo de
estaba cubierto por el agua.
El problema llegó hasta el colectivo
Aqua Alta, que es un grupo de arquitectos de la Universidad Nacional de
Asunción (UNA) y de la Universidad Católica Nuestra Señora de la
Asunción (UCA) que se unió en marzo de este año, pero para participar de
la exhibición de arquitectura Bienal de Venezia, que se realizó en
mayo, en Italia.
El Bienal de Venezia es una exposición
internacional, y este año por primera vez Paraguay participó con un
proyecto. Fue representado por seis arquitectos de Aqua Alta y otros 33
estudiantes de arquitectura de la UNA y de la UCA. Sonia Carísimo fue
una de ellas, y contó ABC Color que a pesar de la relevancia del
encuentro, no recibieron mucho apoyo del Gobierno para ir. Luego del
viaje, el colectivo se mantuvo unido.
El grupo ya consolidado y
buscando colaborar con proyectos sociales, preguntó a la Pastoral Social
cómo podrían ayudar en el problema de las inundaciones. “Necesitamos un
puente para esta comunidad”, dijeron a los jóvenes.
Manos a la obra
Los
profesionales estudiaron el problema, y vieron que la única solución
era un puente de cien metros sobre el agua. Sin embargo, no había muchos
recursos como para hacer una gran inversión, y además, el tiempo
apremiaba.
Reutilizar materiales que tenían a mano, como tanques
de plásticos, puntales de madera y otros materiales que la Secretaría de
Emergencia Nacional (SEN) había entregado a los damnificados, fueron la
base para diseñar el puente flotante. Se probó entonces el prototipo en
uno de los talleres de los arquitectos.
El martes 1 de julio
convocaron voluntarios y más estudiantes de arquitectura a una reunión
en el Centro Comunitario Chacarita. Al día siguiente, ya pusieron manos a
la obra. El viernes a las 18:00 terminaron de construir el puente.
Horas de trabajo y mucha creatividad permitieron finalmente que las más
de 300 familias puedan nuevamente salir de su comunidad rodeada de agua.
Más proyectos
Carísimo
contó que están pensando diseñar baños, escuelas y casas de emergencia,
para poder seguir ayudando a los damnificados, quienes logran construir
como pueden sus casas provisorias, que lógicamente, no son seguras. El
problema ahora mismo, es que necesitan un lugar para poner a prueba los
prototipos y poder luego desarrollarlos.
“Estamos muy interesados
en armar algo más organizado, queremos tener gente que quiera ayudar”,
manifestó. Todos los estudiantes de arquitectura que quieran ayudar o
bien, personas que quieran asistir como voluntarios, deben estar atentos
a las próximas convocatorias que se harán a través de la fanpage en
Facebook: Workshop Aqua Alta.
El
día que terminaron el puente fue muy emotivo, recuerda Sonia. Los
damnificados dedicaron algunas palabras de agradecimiento a todo el
equipo. “Algunos se pusieron a llorar... Fue un cambio muy importante en
sus vidas”, dijo.
En todo el país, hay más de 200.000 personas
afectadas por las crecidas de los ríos. Asunción es una de las zonas más
afectadas por este fenómeno, junto con el departamento de Ñeembucú
(región Oriental) y gran parte del Chaco.
Fuente: ABC
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