Hay una nueva ruralidad, el desafío no es tierra, señala el Dr. Fabricio vÁzquez
Las zonas rurales del Paraguay han cambiado, ocurrieron procesos demográficos, nuevas prácticas culturales, aparición de la conectividad global y otros aspectos, razón por la cual sería un error tratar de aproximarnos a la solución de los problemas de los mundos rurales con herramientas antiguas e ineficientes como es la reforma agraria, dijo el Dr. Fabricio Vázquez.
Dr. Fabricio Vázquez, PhD en EH. / ABC Color
“Creo que debemos salir del esquema tradicional en la búsqueda de
soluciones para el campo, porque las zonas campesinas cambiaron
abruptamente en los últimos 15 años, la moto reemplazó al caballo, el
somier al catre y las lavarropas evitan el lavado a mano, entre otros
cambios”, dijo el Dr. Fabricio Vázquez, consultor de Investor.
Dijo que aparecen nuevas costumbres, como la jineteada, que es un fenómeno nuevo, generado posiblemente por la búsqueda de dar trabajo al caballo que fue reemplazado por la moto.
“La sociedad rural hoy descubre el confort, es muy significativa la cantidad de computadoras que hay en zonas rurales, generando un mayor acceso a la información que le lleva en forma brutal hacia otros modelos de consumo; y no estoy diciendo que esté bien o mal, pero accede a ello a través de la señal del cable y de internet”, agregó Vázquez.
Destacó que los cambios son indicadores de que se deben reemplazar también los padrones de enfoque a la problemática rural; sin embargo, pareciera que se sigue queriendo implementar una reforma agraria en una sociedad rural que ya se transformó y se reformó desde hace mucho tiempo.
“Hay una nueva ruralidad, la mayor parte de los campesinos que se aproximaron a los centros urbanos esperando una educación de calidad para sus hijos, y también piden servicios de salud más completos y de calidad; igualmente, claman por que se amplíe y acelere la conectividad, las rutas, los caminos, por lo que podría ser un error tratar de aproximarnos a esa problemática con herramientas poco apropiadas para generar desarrollo”, indicó.
También manifestó que hoy el problema rural es la mano de obra, porque los jóvenes desean un nuevo esquema de vida, mucho más urbano que rural. La ciudad cataliza las aspiraciones de una población que ve en los centros urbanos mayores oportunidades.
“Me decía un ganadero que tenía muchísimos problemas para conseguir trabajadores de campo para sus establecimientos en el Alto Chaco, en Agua Dulce, a pesar de una alta paga, porque hasta ahora la vida en esos lugares es aislada, sin señal”, relató.
Enfatizó que también ocurre la salida de los jóvenes que tenían que ayudar al papá para producir en la chacra y vender en los mercados, porque se fueron a estudiar a las universidades privadas que están en las ciudades emergentes, justo cuando más se demandan productos agrícolas al menos en las cadenas inclusivas como la del sésamo, la mandioca, los cítricos y la del mburucuyá.
“Hay que asumir que la agricultura familiar campesina está en crisis desde hace mucho tiempo, solo que actualmente entra en estado crónico, por cuestiones asociadas a la escasa productividad, pérdida de mano de obra y escasa capacidad de generar renta y negocios agrícolas”, según Vázquez.
Resumió que se debe pensar en la articulación y roles específicos para las distintas ruralidades: la agricultura empresarial, la agricultura familiar, la agricultura indígena.
Añadió que el desarrollo rural no debe concentrarse solo en objetos: semilla, tierra, insumos o créditos, sino que debe brindar condiciones de desarrollo a los sujetos, los diferentes tipos de agricultores o sociedades rurales, y que eso conlleva necesariamente el mejoramiento de las infraestructuras sociales.
Fuente: ABC
Dijo que aparecen nuevas costumbres, como la jineteada, que es un fenómeno nuevo, generado posiblemente por la búsqueda de dar trabajo al caballo que fue reemplazado por la moto.
“La sociedad rural hoy descubre el confort, es muy significativa la cantidad de computadoras que hay en zonas rurales, generando un mayor acceso a la información que le lleva en forma brutal hacia otros modelos de consumo; y no estoy diciendo que esté bien o mal, pero accede a ello a través de la señal del cable y de internet”, agregó Vázquez.
Destacó que los cambios son indicadores de que se deben reemplazar también los padrones de enfoque a la problemática rural; sin embargo, pareciera que se sigue queriendo implementar una reforma agraria en una sociedad rural que ya se transformó y se reformó desde hace mucho tiempo.
“Hay una nueva ruralidad, la mayor parte de los campesinos que se aproximaron a los centros urbanos esperando una educación de calidad para sus hijos, y también piden servicios de salud más completos y de calidad; igualmente, claman por que se amplíe y acelere la conectividad, las rutas, los caminos, por lo que podría ser un error tratar de aproximarnos a esa problemática con herramientas poco apropiadas para generar desarrollo”, indicó.
También manifestó que hoy el problema rural es la mano de obra, porque los jóvenes desean un nuevo esquema de vida, mucho más urbano que rural. La ciudad cataliza las aspiraciones de una población que ve en los centros urbanos mayores oportunidades.
“Me decía un ganadero que tenía muchísimos problemas para conseguir trabajadores de campo para sus establecimientos en el Alto Chaco, en Agua Dulce, a pesar de una alta paga, porque hasta ahora la vida en esos lugares es aislada, sin señal”, relató.
Enfatizó que también ocurre la salida de los jóvenes que tenían que ayudar al papá para producir en la chacra y vender en los mercados, porque se fueron a estudiar a las universidades privadas que están en las ciudades emergentes, justo cuando más se demandan productos agrícolas al menos en las cadenas inclusivas como la del sésamo, la mandioca, los cítricos y la del mburucuyá.
“Hay que asumir que la agricultura familiar campesina está en crisis desde hace mucho tiempo, solo que actualmente entra en estado crónico, por cuestiones asociadas a la escasa productividad, pérdida de mano de obra y escasa capacidad de generar renta y negocios agrícolas”, según Vázquez.
Resumió que se debe pensar en la articulación y roles específicos para las distintas ruralidades: la agricultura empresarial, la agricultura familiar, la agricultura indígena.
Añadió que el desarrollo rural no debe concentrarse solo en objetos: semilla, tierra, insumos o créditos, sino que debe brindar condiciones de desarrollo a los sujetos, los diferentes tipos de agricultores o sociedades rurales, y que eso conlleva necesariamente el mejoramiento de las infraestructuras sociales.
Fuente: ABC
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