Añadió que, según los datos, en el país existen 710 mil personas que viven en la pobreza extrema y que, en un momento dado, los programas utilizados para paliar esa situación fue el de Tekoporã y el de Adultos mayores.
“Se entrenó a un grupo de 1.000 personas para que trabajasen con las familias en extrema pobreza. Esas personas se encargaron de enseñarles a los beneficiarios a realizar planes productivos, aplicables en materia de salud y educación. Y los resultados son auspiciosos”, expresó Molinas.
Añadió que a nadie escapa las duras condiciones de vida que soportan las familias en situación de pobreza, así como también es evidente que esas familias se dedican a la agricultura de una manera muy arcaica, sin tecnología.
“Pero esas familias quieren superarse. Tienen tierras, pueden aportar mano de obra. Más de 1 millón de hectáreas están en manos de 710 mil personas que viven en extrema pobreza”, reiteró.
Sin embargo, el paso necesario es “identificar los productos que les resulten rentables. Ahí puede entrar el sector privado. Y el Ministerio de Agricultura y Ganadería puede colaborar con tecnología.”
“Se puede pensar incluso en una cadena de producción conjunta. Si juntamos el potencial del sector privado y el de esas familias, se puede incluso erradicar la pobreza extrema. Creemos que es importante la coordinación entre el sector privado y el sector público”, enfatizó Molinas.
Responsabilidad de todos
“El Consejo entre el sector privado y público se reúne semanalmente para pensar qué se puede hacer. Tenemos el proyecto de manzanilla que ya está avanzando, con capital privado. La reducción de la pobreza es una responsabilidad de todos. Son muchos los obstáculos para reducir la pobreza, algunos que no podemos controlar, como los fenómenos naturales, que destruyen la producción. Lo que podemos controlar es la diversificación de los productos, la implementación de nuevas tecnologías”, finalizó el titular del MAG.
Fuente: lanación
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