lunes, 8 de febrero de 2016

Alma de bandoneonista



Por Nancy Duré Cáceres, ABC Color

Bandoneonista desde siempre, María Isabel Vera, una joven de 16 años que nació en Asunción, el 28 de setiembre de 1999, comenzó ejecutando a los 10 años con un profesor de nombre Martín González. Las ganas de tocar le vinieron de su abuelo materno. Hoy está convencida de que la música es lo suyo.




Llegó sonriente hasta la redacción de nuestro diario, con muchas ganas de hablar del instrumento que le apasiona: el bandoneón. Es su mundo a los 16 años y sueña con invadir los escenarios más importantes del mundo con su talento. Lo curioso es que su instrumento base es el violín, seguido de la guitarra, pero a los nueve años, al ver un video de Michel Teló, cambió de parecer. “Fue un domingo estando en casa y ahí vi por primera vez el bandoneón. Me llamó la atención y quedé con ganas de aprender”, nos cuenta a viva voz, en una de las salas de reuniones.
Al cumplir 10 años participó en un evento musical en el que conoció al profesor Martín González. Puntualmente recuerda el momento en el que sintió sobre las piernas el instrumento. “Fue un momento especial. Sentí que era lo que quería ejecutar y me dije: ‘Esto es lo que quiero hacer’. Fue increíble, algo mágico. El profesor me invitó a tomar clases; fui al Conservatorio Nacional, donde sigue siendo mi mentor”, agrega sin perder la sonrisa.
De esta manera, empezó a mirar con otros ojos el bandoneón, comenzó a ejecutar los primeros sones y a trascender. Ya participó en el Festival del Ñai’u, en Areguá. Fue ganadora del Festival del Takuare’e. También estuvo en la Fiesta Nacional del Chamamé, en Corrientes; en el Festival de Ypacaraí durante tres años consecutivos. Deleitó en el Festival del Cántaro y la Miel de la ciudad de Itá. Su presencia fue notoria en el Festival del Bicentenario en El Cabildo, en los Fuelles del Paraguay, en la Fiesta del Pescado en San Cosme, en la muestra del Ovecha Rague, en la exposición del Río Paraná, así como en el Día de la Independencia del Paraguay en Dorados, Brasil.
Afirma que fue emocionante escuchar su nombre en los festivales en los que ganó. “Es un instrumento difícil, pero hermoso; así que sobresalir es un orgullo”.
Su primer bandoneón lo obtuvo estando en la escuela y todavía lo conserva, porque es muy singular para ella. “Ahora tengo otro, porque el primero ya me resulta chico”, afirma riendo.
Los sonidos que le saca son contagiosos. Le gusta el folclore y el tango. Domina con pasión los 71 botones del instrumento. “Me gusta el folclore y el tango también, pero puedo ejecutar cualquier ritmo”, asegura.
Por sobre todas las cosas, se juzga como intuitiva, porque si bien es cierto que estudió y se formó, considera que el oído puede algo más. En la actualidad sigue cultivándose, porque busca la constante superación. “Ya terminé mis estudios secundarios. Ahora estoy preparándome para ingresar a la carrera de Derecho, pero sin descuidar el bandoneón, claro. Siempre me motivaron para estudiar y lograr mis metas. Con la música voy ganando espacios, creciendo. En mis estudios me va bien... Voy a organizarme para poder sobrellevar ambos compromisos; creo que puedo decir que estoy en una buena etapa de mucho aprendizaje y hasta con reconocimiento”, dice la jovencita.
Es así. El 29 de febrero va a estar actuando en el Teatro Municipal Ignacio A. Pane junto con otros artistas, como Roscer Díaz y su grupo, Bohemia Guaraní. “Los jóvenes vamos demostrando nuestro talento, pero necesitamos más apoyo y espacio. Sentimos que no hay el soporte o la ayuda necesaria de las entidades gubernamentales para los egresados y graduados de artes. No queremos invadir el espacio de ningún artista; al contrario, podemos aprender de ellos, solo que a veces parece ser que los encargados de la cultura prefieren a los consagrados o traer artistas y grupos del extranjero”, reflexiona.
No quiere decir que este es su mejor momento, porque se quiere preparar para lo que viene, que cree va a ser mejor. Con solo 16 años, muchos caminos le esperan por recorrer. “Quiero seguir sumando”, dice. Y añade: “Sé que es un gran momento por el que estoy pasando. El festival que se viene en el Teatro Municipal, pero por ahora no quiero ponerme un techo; estoy segura de que hay más por venir”.
Fuera del escenario, María Isabel Vera lleva una vida normal como toda adolescente. Va al cine, al shopping, se reúne con las amigas; en fin, disfruta de sus años, a la vez que vive con pasión el arte. “La música es el amor de mi vida”, exclama con vehemencia. “Al acostarme y al despertar no dejo de ejecutar unos minutos. En el momento de agarrar el bandoneón me olvido de todo. Mi pensamiento solo se centra en los sonidos, sintonizo con ellos sin pestañear... Mi vida sería muy aburrida sin este instrumento”.
Sueña alto. Cierra los ojos y se ve actuando en grandes escenarios, sumando más cedés a los que ya tiene presentados en el mercado. El último material, María Isabel, la reina del bandoneón, incluye ocho músicas, entre ellas, La calandria, La tava, Bañado Norte, Mercedita, Soy un ava, El toro y la laguna totora, A mi pueblito Escobar y Todo el mundo a cantar.
Admira a la cantautora argentina de expresión folclórica Soledad Pastorutti. “Quiero revolucionar el folclore como ella”, confiesa.
Indudablemente, para María Isabel, la música solo significa bandoneón. Revitaliza y aporta a la cultura con su juventud, capacidad musical, audacia. Es una de las pocas mujeres paraguayas que está logrando fama en la ejecución del, instrumento que hasta hace poco parecía destinado a un manejo varonil, pero con su calidad interpretativa está cambiando el panorama. “No somos muchas las mujeres; muy poquitas, pero vamos ganando terreno”, dice riendo.
Añade que no va a abandonar nunca el fuelle ni sus incipientes estudios de Derecho. “Sé que es una gran responsabilidad, pero no me asustan los desafíos”, expresa muy segura.
Está disfrutando de lo que hace. Honra la música. Su talento pujante se va a escuchar junto con otros jóvenes, de igual altura, en el Teatro Municipal, el 29 de febrero. Feliz ella.
ndure@abc.com.py
Fotos ABC Color/Celso Ríos.

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