“Estoy segura que las nuevas
oportunidades que está brindando el país permitirá el retorno de muchos
compatriotas que salieron en busca de mejores horizontes. Se de muchos
que quieren regresar y les gustaría, porque a uno siempre le estira su
país”, manifestó Jessica Wright
Velázquez, la paraguaya que en el 2008
había emigrado a España en busca de mejores oportunidades y en julio
regresa al país para incorporarse al plantel del MOPC como flamante
ingeniera civil.
Jessica tuvo un breve encuentro con el presidente de la República,
Horacio Cartes, y el ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, Ramón
Jiménez Gaona, en Madrid, en oportunidad de la visita oficial que el
mandatario realizó a España.
El presidente Cartes le manifestó su
satisfacción por su decisión y le recordó que uno de sus ejes de campaña
electoral fue el retorno de los compatriotas que emigraron por falta de
opciones en su país, entre ellas los cientos de enfermeras que viajaron
a Italia.
Jessica hoy tiene 25 años (viajó con 18 a
España), nació en Asunción, hizo sus estudios primarios y secundarios
en el Colegio Bautista de la capital, gracias al sacrificio de su madre.
Su hermano menor también se encuentra radicado en España, estudiando
Economía, y ahora espera terminar sus estudios y tener la misma
oportunidad que su hermana.
Se recibió de ingeniera técnica de obras
públicas, especializada en construcciones civiles e hidrología en la
Universidad Politécnica de Madrid. Además, tiene una maestría en
Hidrología y Gestión de Recursos Hídricos. Su proyecto de fin de carrera
de la universidad (tesis) fue un estudio de las inundaciones en el
departamento de Ñeembucú.
Jessica relató que en el 2007, cuando
terminó sus estudios secundarios, tenía la intención de estudiar
Ingeniería o Arquitectura, porque su pasión era trabajar sobre
estructuras, pero las condiciones económicas de su familia, solventada
exclusivamente por su madre, le impedían cumplir su sueño.
“Cuando ya estaba viendo otra carrera
que sea compatible con los estudios y el trabajo, unos tíos paraguayos
que viven en España me dijeron que querían ayudarme y que viniera a
Madrid, en donde me darían techo y comida, y con el trabajo que pudiera
conseguir me solvente los estudios”, recuerda.
Sin vergüenza alguna, incluso con cierto
orgullo, Jessica recuerda que con la ayuda de sus tíos, para solventar
sus estudios, trabajó limpiando casas, atendiendo niños, enseñando
matemáticas, física y química a jóvenes, y hasta como laboratorista en
la universidad a cambio de una beca.
“Llegué a España en mayo de 2008, e inmediatamente me preparé para el
examen de selectividad, que es como el examen de ingreso en Paraguay,
pero para todas las carreras. Los exámenes fueron en setiembre”,
rememora la hoy flamante ingeniera civil.
Agrega que el primer año fue muy
difícil, “estaba como perdida, tenía que estudiar mucho, suspendía las
asignaturas, y a raíz de eso me iba esforzando todavía más tratando de
ponerme al día en las asignaturas retrasadas; a la vez iba buscando
trabajos distintos para poder pagarme el transporte, comprarme cosas
para mis estudios, para mis necesidades personales y colaborar con la
matrícula de la universidad, que ese primer año mis tíos y mi mamá
ayudaron bastante”.
“Encontré trabajo cuidando niños,
limpiando casas, cuestiones por horas, porque los estudios no me
permitían tener un trabajo fijo. Cuando ya tenía más tiempo en la
universidad, empecé a dar clases particulares a chicos de bachillerato y
de secundaria, de matemática, física y química; a veces de dibujo
técnico o de inglés para los pequeños”, señala con una sonrisa.
Su apasionante historia no se detiene
allí. Cuenta que con el tiempo hizo que sus gastos sean lo menos posible
para su familia. “Luego ya fui pagando sola la universidad, lo hacía a
plazos. Un año pedí beca a la universidad, que me la dieron y me pagaban
la matrícula a cambio de que trabaje en un laboratorio de la
universidad. Además, seguía trabajando dando clases a niños”.
PROMOCIÓN DEL MOPC. El
inicio de la historia que lo llevaría de vuelta a su país se dio de la
manera menos pensada. Recuerda que terminó la carrera en diciembre de
2013 y hasta noviembre de 2014 no encontraba trabajo relacionado con su
formación y seguía haciendo las labores de niñera.
Fue entonces cuando escuchó al ministro
de Obras Públicas, Ramón Jiménez Gaona, en una visita que había
realizado a España, hablar de las obras proyectadas en Paraguay y de la
necesidad de contar con el concurso de profesionales paraguayos
radicados en el exterior o de extranjeros que quisieran colaborar con el
país.
“Me dije que como paraguaya a lo mejor
querían contar conmigo, porque tenía un título. Empecé a averiguar cómo
podía hacer y contacté con la Embajada (Paraguaya en España), con el
Ministerio de Trabajo de España, y mi mamá y una amiga hicieron
averiguaciones en Paraguay; contactamos con la Oficina Nacional de
Empleo deParaguay, y fue así que hablé con la empresa Jobs, con el
ministro del Trabajo, Guillermo Sosa, hasta finalmente firmar el
contrato con el MOPC”.
Emocionada aún por la avalancha de
hechos que se suceden desde noviembre del año pasado, Jessica cuenta que
en su casa de Madrid hay cuatro jóvenes paraguayos más que están
estudiando en la universidad, su hermano y tres primos con los que vive,
y que hoy quieren regresar al país.
“Todos están haciendo una carrera
universitaria con mucho sacrificio, porque sus padres se esforzaron
mucho para ayudarnos a todos. Son todos paraguayos que quieren regresar
al país si tienen buenas oportunidades como yo”, subraya.
Esos jóvenes están dispuestos a regresar
y les entusiasma la idea, “porque a uno siempre le estira su país”,
concluye la flamante incorporación del MOPC.
Fuente: lanación
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