Y un día, el Mariscal volvió al campo de batalla

15 de Abril, 2012 

Poco más de dos años después del cobarde ataque sufrido en un bar de Ciudad de México, Salvador Cabañas completó el milagro. Sobrevivió, peleó y su lucha rindió frutos: el Mariscal volvió al fútbol en su terruño.

Cabañas mostró destellos de calidad, aunque aún está lejos de su mejor forma.EFE

La pelota se echó a andar en la renovada categoría Primera B Metropolitana. Dos populares conjuntos se enfrentaban: 12 de Octubre de Itauguá y Martín Ledesma de Capiatá. Pero el choque de hoy, no era una más. Significaba el retorno oficial de Salvador Cabañas al fútbol, a esa pasión que arraigó desde el potrero, y que fue su principal motivación para volver.

Y volvió. Fue titular en el Juan Canuto Pettengil que recibía la visita del pretensioso conjunto capiateño. Aunque apenas jugó 40 minutos del primer tiempo, el “Mariscal” Cabañas dio breves destellos de calidad y de buen trato del balón.

Su equipo encontró la victoria en el segundo tiempo, ya sin contar con él en la cancha, hasta donde concurrieron autoridades municipales, así como el presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), Juan Ángel Napout.

En la previa del encuentro hubo un homenaje, breve, pero emotivo hacia la trayectoria del exfutbolista del América de México. Cabañas agradeció el tributo y afirmó que retornaba gracias a la fuerza del público que siempre lo acompañó desde aquel fatídico 25 de enero de 2010, día que marcó su vida.

En la previa del encuentro, recibió un emotivo homenaje.EFE

El presidente del 12 de Octubre, Luis Salinas expresó tras el juego que vivió “con gran emoción” el retorno de Cabañas quien este sábado se encargó de los tiros libres y los lanzamientos de esquina de su equipo.

Fue cambiado tras sufrir una caída en un partido en el que se cuidó de una confrontación física con los defensores rivales, que era la condición que los médicos del jugador y del club prestaban con más atención.

Cabañas recibió un balazo –que aún sigue alojada en su cabeza- la madrugada del 25 de enero de 2010, en el interior del “Bar Bar”, en la capital mexicana, de parte de Jorge Balderas Garza, reconocido integrante del narcotráfico. Desde allí inició una larga recuperación que lo llevó a seguir tratamiento en centros especializados de Ciudad de México, Estados Unidos y Argentina.