miércoles, 26 de septiembre de 2012

"7 Cajas": El aplauso eterno



SAN SEBASTIÁN, España. La película “7 cajas” se estrenó en el Festival de Cine de esta ciudad el miércoles por la noche con una contundente aceptación del público.
/ Juan Cálcena Ramírez, ABC Color.
Voy a aclarar algo: este artículo va a estar escrito en primera persona porque las emociones deben conservar su esencia así como se las vivieron.
Son las 21:00 del miércoles. Busco desesperadamente una conexión a internet para enviar materiales para el diario. No la encuentro. Me resigno. La función estreno de “7 cajas” es en media hora. No me queda más que acelerar el paso.
El corazón del festival de San Sebastián es el Palacio Kursaal, un enorme edificio en forma de dos cubos gigantes. Frente a él está la alfombra roja por la cual desfilan muchas estrellas por estos días. En el fondo hay una bahía que se llama de “La Concha”. El paisaje es hermoso. Sopla un viento fresco en la noche donostiarra.
Ese edificio tiene dos puertas: la K1 y la K2. “7 cajas” se proyectaba en la segunda. Me sorprendo porque veo una fila literalmente interminable que tuvo que serpentear porque si iba al hilo iba a ocupar por lo menos dos cuadras. Me encuentro con Juan Carlos Maneglia y Richard Careaga – director guionista y director de Fotografía, respectivamente, de la película – en la puerta; ambos están agitados e ingresan a la sala. Yo formo la fila y saco fotos. Una de ellas acompaña a este texto.
Ya adentro la sala (que se parece al interior de la del Centro Paraguayo Japonés) el público se va ubicando. Una persona presenta la película y Tana Schémbori se encarga de hacer un prólogo agradeciendo al festival de San Sebastián que permitió que esta obra se termine al concederle el año pasado el premio a “Cine en construcción”. Cien mil euros facilitaron la posproducción del material.
Comienza la película. Yo, que llevo fuera del país desde enero, no la había visto. Allá por la mitad el público empieza a quedar atrapado y la tensión del thriller también se siente. Las escenas cómicas en “jopará” me hacen reír y miro a mí alrededor. Un señor de mediana edad se ríe también. ¿Será paraguayo, me pregunté? No, no lo era. Pronto, otros más empiezan a reír. Y otros. Y otros. Me sorprendo.
Pero después llegan los aplausos, en la mitad de la película. De los vascos se dice que son fríos pero ahí rompían un mito. ¿Una película paraguaya quebrando el mito? Aplusos y más aplausos sin que la película termine aún. Pero ese final inevitable llega, y la gente no se levanta de sus asientos. La gente aplaude… todos aplauden. El aplauso dura desde las 11:16 hasta las 11:22 de la noche. Fueron seis minutos eternos en donde hasta algunos se paraban dando la famosa “ovación de pie”. Yo me uno, me paro y les aplaudo. Veo que Tana llora. Que Juan Carlos echa unas lágrimas. Ellos tampoco esperan esa reacción que no se compara a todos los récords que “7 cajas” marcó en la taquilla paraguaya.
Tana, Juan Carlos, Celso y Lali bajan a hacer una tertulia. La gente, emocionada, pregunta cosas: ¿Qué es el “jopará”? ¿Hay escuelas de cine en Paraguay? ¿Cómo fue la selección de actores? Y luego se escuchan opiniones, todas de españoles: “Es lo mejor que vi del festival hasta ahora”, “Gracias por darnos una película con emoción”, “Gracias por hacernos pasar un buen rato”, “Gracias por hacer buen cine”. Gracias, gracias, gracias.
Los cuatro en la tarima mencionan a Richard Careaga y a Estefanía Ortíz, en el palco. La gente también los aplaude a rabiar. Y ahí yo, viendo como cuatro compatriotas en nombre de un país recibían solo halagos y más halagos. Me llenó de orgullo. Todos responden a las preguntas del público. Escuché más de 10 veces “Paraguay” en esa sala de cine. Fantástico.
Ya en el brindis de celebración, Tana se encuentra con su hijo Bautista, un bebé que lo acompaña a todas partes. Es el otro hijo de Tana, aparte de “7 cajas”. Juan Carlos me comenta que no esperaba esa reacción, que eso pasó a medias en Toronto. Reconoce que cada vez que ve la película ve errores en la actuación y en su guión. “Es parte del aprendizaje”, me dice.
Afuera esperan los compatriotas, para pedirles fotos a los actores y directores. Aquello es una familia que lleva en alto el nombre de Paraguay solo con una película. Todos ellos con el don de buena gente; no es de extrañar, se nota que disfrutan lo que hacen.
Y así se cierra la noche. Ya pasada la medianoche. El jueves habrá otra función. Y el viernes. Y el sábado. Juan Carlos me dice que el premio “Nuevos Directores” sería un complemento a la excelente reacción del público. En Twitter, corre la voz. Muchos tuits certifican lo buena que es la película, que defectos tendrá seguramente, pero que en ese debut europeo, conquistó San Sebastián con un eterno aplauso que sigue reverberando hasta ahora. Hasta Paraguay.
Fuente: ABC

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