Ya algo se ha publicado del tema, pero pocos lo toman en serio. Cuando se escucha que hay un proyecto de instalar en Paraguay una línea de montaje de aviones militares de instrucción y combate, la mayoría pensará que se trata de algún tipo de broma. Sin embargo, es exactamente eso lo que le está planteando Korea Aerospace Industries Ltd. a la Fuerza Aérea Paraguaya. Altos ejecutivos de la empresa confirmaron la información desde Corea.
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Un modelo KT1 en la imponente planta en Korea Aerospace Industries en Sacheon, Corea del Sur |
Korea Aerospace Industries (KAI) es una poderosa compañía mixta, líder del sector en Corea del Sur, principal fabricante y exportadora de aeronaves y componentes aeroespaciales para fines militares y civiles de ese país, proveedora de las gigantes Boeing, Airbus y Lockheed Martin, así como de sistemas de defensa de países como Turquía, Indonesia y Perú. Es una importante partícipe emergente en el mercado de la industria aeronáutica mundial, selecto club que mueve la exorbitante cifra de 700.000 millones de dólares al año.
La primera pregunta que surge es ¿por qué Paraguay?, un país donde la defensa no es una gran prioridad nacional y que, a simple vista, no tiene la escala necesaria para involucrarse en un negocio de esta magnitud y complejidad.
Aprovechando una visita a Corea por invitación de la Korea Foundation, fuimos a preguntárselo directamente a ellos.
Nos tomamos el tren de Seúl a Jinju, en el sur de la península coreana, y de allí nos trasladamos a Sacheon, donde se encuentra la sede central y la planta principal de KAI.
Fuimos recibidos por el vicepresidente ejecutivo, general retirado In-Sik Kim; el director y el gerente principal del departamento de marketing, Sang-Yeol Choi y Jason H. Ahn, respectivamente, y varios otros colaboradores, algunos de los cuales ya han estado en Paraguay.
Aviones KT 1
Confirmaron que KAI está ofreciendo a la Fuerza Aérea Paraguaya aviones del tipo KT-1, parecidos en diseño a los Tucano de fabricación brasileña como los que ya tiene la FAP, aunque en una flota muy pequeña y antigua que requiere renovación y ampliación.
Explicaron que son aviones “multirrol”, que sirven tanto para instrucción como para reconocimiento y combate.
Se excusaron de proporcionar el número de unidades que se está negociando y el costo de las mismas, pero mencionaron que, dependiendo del equipamiento, una aeronave de estas características puede tener un precio de entre 10 y 15 millones de dólares.
La particularidad es que proponen venir a ensamblarlos en el país, con participación de personal paraguayo en todas las etapas, con el fin de transferir tecnología, entrenar a los mecánicos y sentar una base para el desarrollo industrial de Paraguay en este campo y en otros afines.
“No estamos ofreciendo solamente aviones, sino todo un paquete que incluye equipos de apoyo, repuestos, entrenamiento y, sobre todo, conocimientos para que se pueda operar el avión sin ningún problema y para que el país pueda incorporar tecnología que no es solamente aplicable a este avión, sino a otros, y también a otras ramas de la industria”, dijo el general Kim.
“De esa manera se puede ir avanzando, como hicimos en Corea, primero aprendiendo a mantener y a operar, luego adquiriendo la capacidad de fabricar nuestras propias partes, pequeñas al principio, para usarlas en el mantenimiento, y así hasta alcanzar la fase de fabricación”, agregó.
Una historia particular
El general Kim se refiere a un hecho histórico concreto. A fines de los años noventa el Gobierno coreano tomó una decisión trascendental. Para comprar quince cazabombarderos F-16 de Estados Unidos puso una condición al fabricante, Lockheed Martin: que los fuera a ensamblar a Corea y que enseñara a los coreanos a armarlos y mantenerlos.
Cuenta Jason H. Ahn que fue una negociación dificilísima, porque esta es una industria considerada “sensible”, no muy proclive a compartir secretos, pero terminaron aceptando.
Al mismo tiempo el Gobierno reunió a Daewoo, Samsung y Hyundai, que tenían divisiones aeroespaciales atrasadas y poco competitivas, y les propuso fusionarse. Si lo hacían, las haría participar del proceso y les garantizaría contratos exclusivos con el Estado durante diez años. Fue el origen de KAI, en 1999.
Hoy KAI está integrada con capital mixto, tiene 4.000 empleados, 1.800 ingenieros y fabrica aviones militares, tácticos, civiles, helicópteros militares y comerciales, está en proyectos de modificación y mantenimiento y de codesarrollo internacional de fuselajes y otras aeroestructuras, y también se está expandiendo en el área satelital.
Por supuesto, la situación y las condiciones de Paraguay son muy distintas. Por una cuestión de escala y mercado, difícilmente nuestro país pueda aspirar a fabricar y exportar aviones. Sin embargo, muy bien podría ser competitivo en la provisión de servicios aeronáuticos o en la producción de algunos repuestos, por ejemplo.
A KAI le interesa vender sus aviones, pero también consolidarse en el mercado internacional y tener más de un pie en Latinoamérica (actualmente está en Perú, con un proyecto similar).
¿Por qué Paraguay? “Paraguay nos apoyó en momentos muy duros después de la guerra, queremos retribuir. Creemos que podemos crear una alianza estratégica de mutuo beneficio”, contesta el general Kim.
arivarola@abc.com.py