Por Carlos Elbo Morales
Se fue por las ganas de seguir aprendiendo. Y le ha ido más que bien. Esta es una síntesis de la estadía en EEUU de Matías Jalil Cáceres Arar (27), mejor egresado de su promoción en la carrera de Economía en la Universidad Católica de Asunción en el 2011. Actualmente, el joven sigue el masterado en Administración de Negocios (MBA, por sus siglas en inglés), con énfasis en finanzas en la Universidad de Illinois, Chicago.
Triunfos. Además del masterado, Matías ha cosechado otros logros desde que llegó al país del Norte en el 2014, gracias a la beca Fulbright. En la Universidad de Illinois ha obtenido un nuevo estándar de promedio de notas logradas, 4.0/4.0, el máximo posible.
Entre otros logros, su dedicación al estudio ha sido premiada también con la beca de Beta Gamma Sigma de por vida, destinada a los más sobresalientes de cada clase.
La beca abre muchas puertas a nivel profesional, permitiendo al beneficiado conectar con personas que estudiaron negocios en diferentes universidades de los Estados Unidos y de otros países.
Sincero, cuenta que no se imaginaba alcanzar esos logros en tan poco tiempo, por cierta incertidumbre, la diferencia en el sistema educativo y la falta de contexto en Paraguay para aprender complejos conceptos financieros. “Sin embargo, cuando uno llega acá, encuentra innumerables recursos para superar todo tipo de diferencias educacionales, siempre y cuando se esfuerce lo suficiente”, resalta Cáceres Arar.
Matías revela que en la primera jornada de orientación en la Universidad de Illinois le habían comentado que ya habían recibido a estudiantes paraguayos. Sin embargo, era el primero en la escuela de negocios. Con orgullo menciona que representa una gran motivación dejar una buena impresión del Paraguay en el extranjero. “Me pongo mi remera de Paraguay en la universidad cada vez que el clima de Chicago lo permite”. Reafirmando sus raíces, enfatiza en que no cambia por nada del mundo un plato de asado con sopa paraguaya, un lujo que no se da hace tiempo.
A fondo. A diferencia de su padre, hermana y tío, que son abogados, el joven eligió la senda de los números. En esta elección siguió las huellas de su abuelo paterno, quien estudió Economía y su abuela materna, de profesión contadora. Cuando no está calculando balances y variables del mercado, el joven gusta de jugar al tenis, leer o ir al cine. Estas dos últimas actividades las realiza con más frecuencia en la temporada invernal.
“Siempre que puedo –cuenta– trato de explorar un poco la ciudad. Chicago es un lugar extraordinario con una fantástica diversidad cultural e incontables atracciones”.
Matías tampoco olvida a sus mentores y agradece a los profesores que tuvo en el país, como la profesora Zulma Espínola y los profesores Emilio Trepowski y Bernardo Navarro.
“Ellos han sido grandes mentores. Me impusieron un ritmo de estudio similar al que uno encuentra acá. Me hicieron sufrir bastante en su momento, pero uno agradece el triple cuando sale a formarse al exterior”, destaca el joven que con sus logros deja en alto el nombre del Paraguay en EEUU.
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