La crisis económica y política que sacude actualmente al Brasil y su diametral y opuesto contraste con el momento que vive el Paraguay viene generando aristas insólitas en la opinión pública del vecino país.
Por un lado, a ambos lados del río Paraná, pocos se habrían imaginado que la pesadilla del impeachmentrealmente le quitaba el sueño a tal punto a la presidenta Dilma Rousseff que tal encrucijada ella misma la habría visualizado como un “golpe democrático à paraguaia“, tal como se hizo eco la prensa de ese país. Aunque, siempre según los medios brasileros, la mencionada Jefe de Estado lo “habría aclarado”: “o Brasil não é o Paraguai.”
Hayan sido o no esas las expresiones de la Presidenta Rousseff, el supuesto lapsus ganó volumen y en su cuesta abajo llegó incluso a motivar la convocatoria al embajador brasilero en nuestro país por la Cancillería Nacional para manifestar su incomodidad al respecto.
En otra arista de la misma cuestión, algunos medios brasileños – apelando a interpretaciones lúdicas o intencionalmente ponzoñosas – señalan que sí existe un “golpe paraguaio”, uno “verdadero”: muchas empresas brasileras se refugian del “petismo” en el Paraguay.
Según la Confederación Nacional de la Industria (CNI) del Brasil, el sector está en “alerta ante el riesgo de desindustrialización”, hecho este que facilitó la decisión de buscar condiciones más favorables para trabajar. ¿Y dónde las encontraron? Cruzando el Puente de la Amistad.
“Por lo menos 42 empresas cruzaron la frontera y se instalaron en el país vecino. Vale, por ejemplo, compró recientemente allí empresa de logística fluvial, mientras que Santa Catarina Buddemeyer, fabricante de ropa de cama, mesa y baño, está instalando una unidad textil. Lo mismo se aplica a InterCement, el cemento del grupo Camargo Corrêa, que también plantea nueva planta en Yguazú”, divulgó O Globo.
Varias son las ventajas para las industrias migrantes brasileras. En el sector de la confección, por ejemplo, Guararapes planea dejar de comprar de China por el tiempo de llegada de las prendas: seis meses desde el Asia, un día desde Paraguay.
Y lo que más atrae a los inversionistas brasileros de distintos sectores: Paraguay ofrece menores costos de producción, incentivos fiscales, energía barata y menos burocracia.
Asimismo, los inversionistas vecinos ven que ahora el país brinda no solo más seguridad inclusive en términos de transporte por carretera, sino también seguridad jurídica.
Tal parece que el disgusto de algunos es el sueño dorado de otros: “La mudanza de parte de la producción nacional y la creación de empleos en el Paraguay ‘no significa que las unidades serán cerradas’ (en el Brasil) y se cortarán puestos de trabajo. La ‘integración productiva’, alienta una mayor competitividad de las empresas brasileñas, lo que les permite ‘mantener los niveles de producción’ y ‘garantizar los puestos de trabajo en Brasil’”, según el propio Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior del Brasil.
Fuente: lanación
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