El paraguayo es carnívoro por naturaleza. A la hora de cocinar la carne roja (de vaca, cerdo, cabra y otros) la principal opción es siempre a la parrilla. Sin embargo, esta técnica debe emplearse correctamente para evitar que las altas temperaturas modifiquen las moléculas de la carne y se conviertan en hidrocarburos que son cancerígenos, advierte el doctor Isaías Ricardo Fretes, especializado en coloproctología en Brasil y Francia.
Estas sustancias dañan el ADN (gen humano) y es uno de los factores para desarrollar cáncer colorrectal. Los estudios científicos refieren que el contacto de la carne con las altas temperaturas incide en la formación de estas moléculas cancerígenas.
El doctor Fretes indicó que hay una mala costumbre de poner la carne roja sobre la brasa aún cuando no está bien encendida y justo cuando expide carbono. “Este proceso de quema va impregnando la carne de carbono que al ingresar dentro del tubo digestivo sufre un proceso de fermentación y metilación, que se convierte en un factor cancerígeno con el consumo crónico”, señaló.
CUIDADOS. Esto no quiere decir que esté prohibido comer carne roja asada, sino más bien hay que evitar la cocción a altas temperaturas, condimentar para evitar la formación de las sustancias cancerígenas, y no cocinar demasiado o hasta que se quemen o doren, porque estas partes tienen altas concentraciones de la sustancia, advierte el especialista (ver infografía).
Pero el principal factor de riesgo es el consumo excesivo y crónico de la carne roja, indicó el doctor Fretes. La Sociedad Americana de Cirujanos Colorrectales recomienda asar la carne sobre una brasa bien hecha y consumirla a punto, no muy quemada. El consumo debe ser máximo dos veces a la semana.
El coloproctólogo resaltó que una dieta rica en grasas saturadas favorece la aparición del cáncer de colon. Además, existe el riesgo de desarrollar la enfermedad cuando el individuo es obeso y mantiene una alta ingesta calórica.
Para contrarrestar. “Se han realizado estudios en los que se ha podido demostrar que la ingesta alta de fibras disminuye el riesgo del cáncer del colon. En nuestro país el consumo de fibras (ensaladas y frutas) no es la constante, somos grandes consumidores de carne e hidratos de carbono, a esto se suma que en la actualidad la vida industrializada también nos ha afectado y el sedentarismo es también una constante”, lamentó.
La enfermedad es prevenible, según Fretes. El cáncer del colon y recto ocupa el segundo lugar en las causas de muertes entre hombres y mujeres en el país. Estimativamente, 694.000 fallecen al año en todo el mundo y se diagnostican más de 1,36 millones de nuevos casos por año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Fuente: ultimahora
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