Una parada. El plantel paraguayo de los pueblos
originarios se trasladó hasta la ciudad de Viña del Mar antes de volver
al país.
La Selección Paraguaya de los pueblos originarios arribó anoche al país tras conquistar el título de campeón de la primera Copa Americana que se disputó en Santiago de Chile.
Entre festejos, tras la final (victoria por 1 a 0 ante Colombia), el capitán albirrojo Serafín Chávez (Guaraní Occidental) habló de los puntos claves que los llevaron al éxito y lanza un clamor: que acabe el racismo. “Dedicación, esfuerzo y, por sobre todo, unión de grupo. Vinimos de diferentes etnias (cinco en total), y dejando atrás algunas costumbres, trabajamos como una familia. Más allá del regalo que le llevamos a nuestro pueblo, la conquista personal de cada uno de los muchachos fue lograr una verdadera integración”.
Chávez, además, agregó un mensaje importante. “Ojalá que esto que se consigue a través del fútbol sirva como impulso para que se termine con el racismo. En este torneo todos los hermanos indígenas de diferentes partes del continente demostramos que no somos diferentes, que sabemos jugar al fútbol y que somos capaces de realizar grandes cosas”.
Por su parte, Iván Portillo (Avá Guaraní) no olvidó a los cercanos. “Feliz y agradecido por el apoyo de la familia y amigos, el éxito fue posible gracias al trabajo serio y comprometido, desde la primera práctica. Es un regalo para el pueblo paraguayo”.
El plantel, dirigido por César Benítez, continuará con los trabajos, apuntando a lo que será la presencia de Paraguay en la Copa Mundial de los pueblos originarios, a disputarse en Brasil, en noviembre.
Fuente: ultimahora
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