Musicología en Paraguay: Un campo fértil que precisa de investigadores
Por Sergio Noe
snoe@uhora.com.py
En Paraguay prácticamente no existen especialistas que se dediquen exclusivamente a la investigación metódica de la música local, un campo aún virgen y que carece de formación académica, según coinciden músicos locales.
Entre las atribuciones de un musicólogo está la de estudiar e investigar aspectos musicales como la historia, el contexto, los elementos tangibles –sean partituras o instrumentos– e intangibles –géneros y estilos, formas de sonidos–, así como el fenómeno musical de la interpretación, según explica el paraguayo Alfredo Colmán, residente en EEUU, y doctor en música con énfasis en musicología y etnomusicología, por la Universidad de Texas.
“La musicología no se conoce de forma sistemática en Paraguay. Hasta ahora, la carrera y su entrenamiento no fue desarrollado. En tanto, existen investigadores y escritores que utilizan ciertos elementos musicológicos –técnicas investigativas– para estudiar la música paraguaya”, señala Colmán, quien imparte clases de historia de la música y etnomusicología tradicional de Latinoamérica y del mundo en la Universidad de Baylor, de Waco, Texas (EEUU).
INVESTIGACIÓN. Colmán, que publicó un libro sobre el arpa paraguaya, asegura que existe un campo “fértil” para desarrollar la musicología en el país y sugiere que las universidades y el Gobierno desarrollen una oficina de investigación y programas a nivel terciario.
“Todos nos beneficiaríamos del aprendizaje y de los resultados (de la musicología). De todas formas, dependencias como El Cabildo y el Museo Andrés Barbero se preocupan en reunir e investigar ciertos aspectos de la música -académica o erudita, folclórica, popular e indígena- de nuestro país”, expresa.
Por su parte, Nancy Luzko, paraguaya residente en EEUU y doctora en música por la Universidad de Miami, coincide con Colmán que el país cuenta con una riqueza musical muy grande, y que se puede sacar gran provecho profundizando por medio de investigaciones en la música de los indígenas, así como las raíces de la polca y la guarania.
Pese a no existir la carrera de musicología en el país, Luzko –quien investigó sobre música para piano del Paraguay– destaca el trabajo de figuras como Luis Szarán, Diego Sánchez Haase y otros, además de la labor hecha por el extinto Juan Max Boettner en el área.
Colmán también valora los aportes de varios investigadores, no musicólogos en sí, que contribuyeron a la disciplina, como Mario Rubén Álvarez, Víctor Barrios, Mauricio Cardozo Ocampo, Florentín Giménez, José Antonio Gómez Perasso, Mito Sequera, Clement McNaspy y otros.
Luzko, al igual que Colmán, lamentan que en Paraguay no exista la enseñanza y preparación musicológica, además de considerar difícil que un especialista se gane la vida exclusivamente con este trabajo.
“Es difícil dedicarse a tiempo completo a la investigación musical, ya que se debe sumar los roles de músico y docente. Lidiar con esta multiplicidad de papeles es el desafío cotidiano de un musicólogo en Paraguay”, dice, por su parte, Romy Martínez, quien cursó etnomusicología en el Conservatorio Manuel de Falla de Buenos Aires, y ahora estudia en la Universidad del Estado de Santa Catarina, Brasil, donde prepara un proyecto de maestría sobre la música paraguaya.
En Paraguay prácticamente no existen especialistas que se dediquen exclusivamente a la investigación metódica de la música local, un campo aún virgen y que carece de formación académica, según coinciden músicos locales.
Entre las atribuciones de un musicólogo está la de estudiar e investigar aspectos musicales como la historia, el contexto, los elementos tangibles –sean partituras o instrumentos– e intangibles –géneros y estilos, formas de sonidos–, así como el fenómeno musical de la interpretación, según explica el paraguayo Alfredo Colmán, residente en EEUU, y doctor en música con énfasis en musicología y etnomusicología, por la Universidad de Texas.
“La musicología no se conoce de forma sistemática en Paraguay. Hasta ahora, la carrera y su entrenamiento no fue desarrollado. En tanto, existen investigadores y escritores que utilizan ciertos elementos musicológicos –técnicas investigativas– para estudiar la música paraguaya”, señala Colmán, quien imparte clases de historia de la música y etnomusicología tradicional de Latinoamérica y del mundo en la Universidad de Baylor, de Waco, Texas (EEUU).
INVESTIGACIÓN. Colmán, que publicó un libro sobre el arpa paraguaya, asegura que existe un campo “fértil” para desarrollar la musicología en el país y sugiere que las universidades y el Gobierno desarrollen una oficina de investigación y programas a nivel terciario.
“Todos nos beneficiaríamos del aprendizaje y de los resultados (de la musicología). De todas formas, dependencias como El Cabildo y el Museo Andrés Barbero se preocupan en reunir e investigar ciertos aspectos de la música -académica o erudita, folclórica, popular e indígena- de nuestro país”, expresa.
Por su parte, Nancy Luzko, paraguaya residente en EEUU y doctora en música por la Universidad de Miami, coincide con Colmán que el país cuenta con una riqueza musical muy grande, y que se puede sacar gran provecho profundizando por medio de investigaciones en la música de los indígenas, así como las raíces de la polca y la guarania.
Pese a no existir la carrera de musicología en el país, Luzko –quien investigó sobre música para piano del Paraguay– destaca el trabajo de figuras como Luis Szarán, Diego Sánchez Haase y otros, además de la labor hecha por el extinto Juan Max Boettner en el área.
Colmán también valora los aportes de varios investigadores, no musicólogos en sí, que contribuyeron a la disciplina, como Mario Rubén Álvarez, Víctor Barrios, Mauricio Cardozo Ocampo, Florentín Giménez, José Antonio Gómez Perasso, Mito Sequera, Clement McNaspy y otros.
Luzko, al igual que Colmán, lamentan que en Paraguay no exista la enseñanza y preparación musicológica, además de considerar difícil que un especialista se gane la vida exclusivamente con este trabajo.
“Es difícil dedicarse a tiempo completo a la investigación musical, ya que se debe sumar los roles de músico y docente. Lidiar con esta multiplicidad de papeles es el desafío cotidiano de un musicólogo en Paraguay”, dice, por su parte, Romy Martínez, quien cursó etnomusicología en el Conservatorio Manuel de Falla de Buenos Aires, y ahora estudia en la Universidad del Estado de Santa Catarina, Brasil, donde prepara un proyecto de maestría sobre la música paraguaya.
Fuente: ultimahora
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