28/01/2015 5:33am
Claudio Sánchez
@cldiosanz
Aun cuando aquellos bienes de
consumo considerados como de primera necesidad en Paraguay son
mayoritariamente importados, guiando a la lógica a deducir que la
balanza comercial debe ser deficitaria, el país ha encontrado, en las
reexportciones, la solución.
Es así que el saldo de la
balanza ha sido siempre superavitario, tal y como lo indican los datos
estadísticos del anexo económico del Banco Central del Paraguay.
Sin embargo, es de destacar que
el peso de las reexportaciones sobre el total de envíos al exterior ha
disminuido a la mitad desde la década de 1990, lo que indica que la
producción de bienes en el mercado local se ha incrementado desde
entonces, acompañando el desarrollo económico.
EMPLEO
Otro de los indicadores del buen
momento económico, fruto de haber sacado partido del auge de los
precios de materias primas en los mercados globales, es la disminución
del subempleo.
Es decir, el mercado laboral ha
ganado en sofisticación y la inserción de una mayor cantidad de
personas en puestos de trabajo formales es una constante que se ha
venido registrando con fuerza desde el 2008 donde, de acuerdo a datos
de la Dirección General de Encuestas Estadísticas y Censos, el subempleo
se redujo desde 26% sobre el total de la población económicamente
activa, hasta el 15% en 2014.
En contrapartida, y si bien no
son índices alarmantes, el mismo organismo indica que el desempleo
abierto ha aumentado hasta el tercer trimestre del año pasado,
ubicándose en 7,9%.
REMESAS
Las remesas desde el exterior,
que entre los años 2011 y 2013 llegaron a montos de hasta US$ 520
millones, equiparables a la cantidad que el país salió a buscar en los
mercados internacionales a través de la colocación de deuda en 2013,
disminuyeron drásticamente al cierre de 2014, de acuerdo a informes del
BCP.
Esta disminución se debe a la
crisis en la que los mercados europeos se encuentran inmersos y no
consiguen recuperarse desde el 2008, y principalmente la economía
española, desde donde salió el 62% del total remesado por compatriotas
desde el exterior.
Vemos también que, desde los
inicios del nuevo milenio, el origen de las remesas ha dado un giro de
180 grados, pues hasta finales de la crisis financiera paraguaya en
2003, el 78% de los ingresos de divisas remesados por paraguayos, venía
desde los Estados Unidos, y solo el 9% desde España.
Los montos remesados entonces
eran irrisorios en relación a los envíos actuales: US$ 25 millones en
2003 contra US$ 368 millones el año pasado.
INFLACIÓN
Ya hemos analizado las reformas
estructurales introducidas a la economía desde 2003 por el entonces
presidente Nicanor Duarte Frutos, donde la base de la recuperación se
centró en el nombramiento de personal técnico idóneo en puestos clave
como el Ministerio de Hacienda y el Banco Central del Paraguay, así como
las reformas tributarias que significaron la vuelta de los
contribuyentes al pago de impuestos.
Ya los técnicos del Banco
Central, introdujeron profundos cambios no sólo en el marco legal de la
regulación financiera, sino que siguieron las recomendaciones de
organismos multilaterales y abandonaron el viejo esquema de política
monetaria basado en el control de la masa monetaria optando por el
esquema de metas de inflación en 2011, tras unos años previos de
ensayo.
Desde la adopción del mismo, los
indicadores de inflación, medidos por el índice de precios al
consumidor, no han vuelto a superar el techo de los 5%. Aun cuando la
inflación no ha sido un problema para el país a lo largo de su historia
monetaria, en la década de 1990 el promedio de inflación era de dos
dígitos, llegando al 18% en 1994.
COMPOSICIÓN DEL PIB
Otra de las variables
analizadas, que muestran lo mucho que el sector productivo paraguayo se
ha desarrollado, es el peso de cada uno de los sectores dentro del
producto interno bruto.
Los datos del Banco Central del
Paraguay indican que en la década de 1990 el puntal de la economía, con
un 18% de peso en el PIB, era el comercio. La industria y las divisas
generadas por las binacionales aparecían en segundo y tercer lugar de
importancia aportando el 14 y el 13% respectivamente, y ya la
agricultura se ubicaba en el cuarto lugar, marcando el 12,7% del PIB.
Sin embargo, las proyecciones
del BCP para el año 2015 dicen que la agricultura, que desde hace unos
años se ha convertido en el motor de la economía, seguirá siendo el
componente más importante del PIB con un peso del 18%, desplazando al
comercio al segundo lugar con 15%, y la industria en el tercer lugar con
el 11%.
Indicador del enorme avance
económico de la última década en Paraguay es que, las binacionales,
aun con la triplicación de las divisas recibidas del Brasil por la
cesión de energía excedente de Itaipú, han caído al cuarto lugar como
componente de peso del PIB, con un 9% sobre el total de una economía de
unos US$ 30.000 millones.
Todos estos indicadores se suman
a los expuestos en anteriores ediciones y rebaten declaraciones de
organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, el
Banco Mundial y otros que argumentan que, las economías emergentes en
Latinoamérica no han sabido aprovechar los años de bonanza traídos por
los altos costos de las materias primas en mercados globales para
generar colchones financieros que les permitan hacer frente a una
realidad mucho más apretada proyectada para los próximos años, en un
escenario de inminente recuperación de la economía americana, que se
llevará consigo las inversiones de capital que, desde el 2008, se
habían centrado en Latinoamérica, atraídos por las altas tasas de
retorno.
Las inversiones proyectadas por
el Ejecutivo en el sector de obras, apuntan a una distribución menos
riesgosa del PIB, dado que el sector primario depende en gran medida
de las condiciones del clima.
Estas inversiones se centrarían
en obras de infraestructura y construcción de viviendas para la clase
media, apoyadas en un programa de financiación de estas viviendas a
través de créditos flexibles vía Agencia Financiera de Desarrollo.
Fuente: 5dias
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