09/12/2014 6:03am
Alfredo Schramm
prensa @5dias .com.py
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El interior
de cada una de las cuatro imponentes torres que componen el World Trade
Center (WTC) Asunción esconden increíbles historias de superación
personal, ejemplos patentes de que los paraguayos sólo necesitan una
oportunidad para cambiar de vida.
Los 3
hermanos que volvieron al país tras un exilio laboral de 15 años en
Argentina, ex labriegos que hoy son maestros de obra y ex convictos
reinsertados totalmente a la sociedad son sólo algunos de los casos que
guardan las entrañas del WTC Asunción.
Desde el
arranque del proyecto, González Acosta & Wood -empresa encargada
de la obra- tomó el compromiso de que la megaestructura no sólo sea
pionera en nuevas técnicas de arquitectura e ingeniería, sino que tenga
un fuerte impacto social, y por las historias que salen desde adentro,
lo logró.
De modo a
avanzar en este plan de inclusión laboral, la empresa capacitó y
certificó en lo último en cuanto a técnicas de construcción a 350
obreros, muchos de ellos sin ninguna experiencia en este peligroso
oficio.
Este
aprendizaje los trabajadores lo llevarán de por vida y de hecho mucho
de ellos ya están aplicando sus nuevos conocimientos en otras obras
vecinas al World Trade Center.
Se destacan
los operadores de las gigantescas grúas, una demanda de la industria de
la construcción que antes no podía ser cubierta por manos paraguayas.
DE LA CHACRA AL EJE CORPORATIVO
Recorriendo
los colosos de cemento y acero, que entraron en etapa de terminación,
encontramos a Roberto Ramírez (37 años), quien desde su natal San Juan
Napomuceno veía pasar los años, pero no mejorar su calidad de vida y la
de su familia.
Sumido en el
círculo vicioso que genera el bajo nivel de educación, en los últimos
años se dedicó a plantar algodón y sésamo, rubros que no prosperaron
por falta de asistencia técnica y crediticia.
Fue entonces que tomó la decisión de probar suerte en Asunción.
Sin ningún
conocimiento, se presentó nada más y nada menos que a ofrecer sus
servicios en la obra con estándares de exigencia -en materia de
construcción- más alto del Paraguay.
Tampoco
tenía contactos, pero de igual manera logró ingresar al programa de
entrenamiento de González Acosta & Wood y hoy, 1 año y medio
después ya es jefe.
Gracias a su ascenso, logró traer a su esposa y dos hijas, quienes vislumbran un futuro mejor.
LOS HERMANOS REPATRIADOS
La historia
de los hermanos Osni (28), Blas (31) y Édgar (39) es similar a la de
miles de paraguayos que en las décadas de los 80 y 90 migraron a la
Argentina buscando oportunidades que su país no les brindaba.
Hoy, 15 años
después, vuelven a trabajar juntos en Paraguay de la mano de la
multinacional Thyssen, contratada por el WTC para instalar el sistema de
ascensores que tendrá el centro de negocios.
Las
perspectivas para los hermanos son las mejores, pues la empresa a la que
prestan servicios negocia también la instalación de las escaleras
mecánicas del Paseo La Galería, la otra megaconstrucción que se levanta
en el eje corporativo.
Édgar
comentó que la empresa les cubre la estadía mientras duran los trabajos y
que los honorarios vinieron mejorando gracias a la continua
capacitación.
REINSERTADO
Siguiendo
con su línea de inclusión, la constructora también decidió dar
oportunidad laboral a ex convictos, previo test sicológico. Es así que
Carlos Domínguez (30) logró reinsertarse totalmente a la sociedad a
través de un trabajo digno. Ingresó como ayudante y hoy es encargado de
mezcla. ‘‘Estoy feliz’’, dijo Carlos.
Fuente: 5dias
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