Planta
de biodiésel de Frigorífico Guaraní. La inversión se realizó durante el
gobierno de Nicanor Duarte, pero la producción decayó por la falta de
aplicación de la ley de mezcla. / ABC Color
.
En el 2004 (hace 10 años) se exportaba por un poco más de 100.000
dólares, equivalentes a 600 toneladas, pero con una tendencia al
aumento, al año siguiente aumentó siete veces y fue subiendo de forma
casi exponencial, llegando el año pasado (2013) a más de 18 millones de
dólares, con más de 29.000 toneladas exportadas.
Lo llamativo del
caso es que a setiembre de este ejercicio ya casi se igualan los envíos
del 2013, pues llega a más de 28.000 toneladas y 17.551.938 dólares y la
tendencia es ir aumentando, considerando que la producción de grasa
animal (sobre todo la vacuna) es la de mayor volumen y cuya exportación
orilló las 190.000 toneladas, por 740 millones de dólares.
Históricamente,
las exportaciones de grasa animal fueron incrementándose, debido la
falta de una industrialización sostenida para convertirla en biodiésel, a
pesar de la existencia de una ley que establece la mezcla obligatoria
de hasta el 5%. Cabe resaltar que el valor de los ingresos podría ser
ampliamente superior si la grasa exportada se convierte en biodiésel
para mezclarlo con el gasoíl de uso local.
A pesar de la
obligatoriedad legal, Petropar ha venido mezclando menos del 1% y,
aparentemente, ha dejado de hacerlo, lo que indica que el “Plan del
Biodiésel” (iniciado durante el gobierno de Nicanor Duarte Frutos) va
camino al famoso “oparei” (a terminar en la nada). Inclusive, los
operadores privados lanzaron un debate mediático, negándose a seguir con
la mezcla.
Esto, finalmente, implicará que el Paraguay siga
dependiendo en un 100% de los derivados del petróleo; es decir, del
combustible fósil, a pesar de que la tendencia mundial es el de
sustituirlos por energía o combustibles renovables.
Los aceites de origen vegetal
Por
otra parte, según datos del BCP, las exportaciones de grasa animal,
junto con los aceites vegetales (que también pueden ser materias primas
para el biodiésel), totalizaron en el 2013 un monto de 525 millones de
dólares. Entre los de origen vegetal están el aceite de soja y sus
fracciones, incluso refinado, de maní y sus fracciones, de girasol,
cártamo o algodón, y sus fracciones.
Asimismo, fueron enviados a
los mercados externos aceites de coco (de copra), de almendra de palma o
de babasú, de nabo (de nabina), colza o mostaza, y sus fracciones. Las
demás grasas y aceites vegetales fijos (incluido el aceite de tung,
maíz, lino, ricino, jojoba y sésamo), glicerol en bruto, aguas y lejías
glicerinosas y residuos del tratamiento de grasas o ceras. Con todos
estos aceites se podría potenciar esta industria.
Fuente: ABC
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