La construcción de la ruta Luque–San Bernardino volvió a cobrar impulso con las condiciones de buen tiempo que persisten en el país desde comienzos de agosto, a tal punto que los constructores se plantean la posibilidad de concluir el tramo a fines de este año, en coincidencia con la llegada de la temporada veraniega.
En un recorrido por la zona de obras, ÚH pudo corroborar la colocación de carpeta asfáltica en varios sectores, tanto en el trayecto que da hacia Luque como el que empalma con la zona céntrica de San Bernardino, donde se aguarda con ansias la conclusión de la ruta y la recuperación del lago Ypacaraí para volver a captar el interés de los turistas.
La ruta en construcción tiene una extensión de 30,8 km en total, bordeando el lago Ypacaraí por su costa oeste.
La obra está dividida en dos tramos: el tramo 1, que arranca en Luque y va hasta el kilómetro 9,8, a cargo de la firma Proel Ingeniería, con un costo de G. 27.000 millones. El tramo 2 está a cargo del Consorcio del Lago, integrado por las empresas EDB-Constructora Asunción y Chaves Construcciones. Tiene una extensión de 21 kilómetros, donde se prevé inversión total por G. 84.000 millones.
En este sector, el avance general de los trabajos está en el orden del 60%, informó el coordinador de Obras del consorcio, Enrique Chamorro.
La colocación del terraplén alcanzó una ejecución del 85% y la colocación de carpeta asfáltica, cerca de 6 kilómetros.
También está prevista la construcción de un puente principal y tres aliviaderos en la desembocadura del río Salado en el lago Ypacaraí. Dos de los cuatro pasos de hormigón están en etapa de elevación de la cota.
El consorcio recibió un antiguo proyecto abandonado por otra empresa que construyó los pilotes un metro con 60 centímetros más bajo de lo necesario para soportar el caudal de agua.
La construcción de los otros dos puentes depende de que baje el nivel del mencionado río, que se mantiene alto a consecuencia de las continuas lluvias que se tuvieron en el país durante el primer semestre del año.
Drenaje. En el tramo que conecta con el centro de San Bernardino será necesario construir 1.500 metros de drenaje profundo para asegurar la vida útil del pavimento, explicó el Ing. Jorge Álvarez, de Chaves Construcciones.
Sin esta solución, el asfaltado tendría una duración máxima de 4 años en vez de los 15 que normalmente debería durar, por efecto del agua subterránea, apuntó.
La nueva ruta incorpora 54 alcantarillas para asegurar el paso del caudal que desemboca en el lago. Otra particularidad es la construcción de la bicisenda que corre paralela al carril vehicular en toda su extensión.
La ruta es financiada con recursos del Estado y permitirá reducir el tráfico sobre la ruta nacional Nº 2. Sin embargo, necesitará conectarse con la futura avenida Ñu Guasu para asegurar la fluidez en el tránsito en el centro de Luque.
Optimismo. “Si el tiempo se presta, es nuestra intención terminar en diciembre la carpeta asfáltica y después encarar las obras complementarias, como señalizaciones, barandas y demás”, refirió Chamorro. De acuerdo al cronograma oficial, las obras deben culminar en junio de 2015.
Fuente: ultimahora
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente aqui