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Mucho se viene hablando de pobreza en Paraguay, tomándose por base
datos estadísticos de la DGEEC (Dirección General de Estadística,
Encuestas y Censos).
Para ver si los datos de la Dirección de
Estadísticas corresponden a la realidad, utilizaremos los últimos
indicadores del Banco Mundial sobre evolución de la pobreza y clase
media en América Latina, juntamente con el estudio de la Universidad
Vanderbilt de EE.UU., que ha probado la relación directa entre posesión
de bienes durables y pobreza.
El primero es el más reciente
estudio sobre pobreza del Banco Mundial, que utiliza el criterio de
ingreso por PPP (poder de compra comparado) para todos los países.
1)
En Paraguay, mientras la pobreza total (personas que ganan hasta US$
4,00 diarios) se redujo en 39%, la clase media subió 73%, en el período
2002-2010, siendo que la pobreza extrema (personas que ganan hasta US$
1,25 por día) se redujo en 54%, pasando de 15,8% en 2002 a 7,2% en 2010,
casi el mismo índice de Brasil, que llegó a 6,7%.
2) La relación
clase media/pobreza aumentó de 0,28 en 2002 a 0,8 en 2010. Fue la más
alta evolución entre estos países. Para cada pobre, había 0,8 personas
en clase media en 2010 (ver cuadro “Relación entre clase media y
pobreza”).
Si la pobreza se redujo y la clase media aumentó, como
lógica, la posesión de bienes durables o duraderos por las familias
tiene que reflejar la mejoría, de acuerdo al estudio sobre relación
bienes durables/pobreza realizado por la afamada Universidad Vanderbilt
de EE.UU., con apoyo de USAID y LAPOP. (ver detalles de la comparación
Brasil, Paraguay, Venezuela y Uruguay en la infografía).
Es
importante notar que la calidad de vida material de Paraguay es similar a
la de Brasil e incluso Venezuela, incluso con una proporción de
habitantes rurales mucho más alta que los otros países. Es importante
también destacar que Paraguay no cuenta con un programa tan agresivo de
redistribución de ingresos como estos tres países, Uruguay, Brasil y
Venezuela (ver cuadro comparativo de posesión de bienes durables y
equipos de comunicación entre Paraguay y Venezuela).
La tabla
mencionada también demuestra otro hecho importante: la reducción de la
pobreza en Paraguay es sostenible, pues se hizo a través de la mejoría
de los ingresos familiares por trabajo, mientras que en Venezuela y
Brasil la reducción es circunstancial, pues depende de la capacidad del
Estado en distribuir ingresos.
En Venezuela, incluso es peor, pues el
precio del petróleo depende de la economía internacional, lo que
significa que los venezolanos dependen de factores exógenos,
exclusivamente.
Los datos de la Dirección de Censos y la pobreza
El
lector se estará preguntando sobre los datos de la Dirección General de
Estadística, Encuestas y Censos del Paraguay respecto a la pobreza
extrema.
Hay tres razones básicas del porqué la metodología de la
DGEEC trae resultados tan distintos entre el Banco Mundial y la
Metodología de la Universidad de Vanderbilt.
1) Desde la década
pasada, expertos como Marcos Robles, del BID (Banco Interamericano de
Desarrollo), vienen proponiendo un cambio de metodología de medición de
la pobreza a nivel nacional, principalmente en relación a la pobreza
extrema, haciéndola no por ingresos, sino por consumo, pues la
actualización de las canastas de productos y servicios que se usan para
medir la pobreza, se hace a través del IPC (Índice de Precios del
Consumidor) del Área Metropolitana de Asunción (AMA) para todo el país,
que toma el promedio de un conjunto de marcas, siendo que el consumidor,
cuando tiene ingresos más limitados, elige los productos por precio,
que normalmente se encuentran por debajo del promedio medido por el IPC.
La
diferencia de resultados, utilizando las dos metodologías, se puede
apreciar claramente en el cuadro (titulado “Pobreza según ingreso y
pobreza según consumo”), que corresponde a un trabajo de la propia
Dirección de Estadísticas y Censos del año 2001. Datos de Encuesta
Integrada de Hogares (EIH) 1997/8.
2) Otra cuestión que se tiene
que aclarar es que, de acuerdo al Censo Agropecuario del 2008, alrededor
del 55% de las familias rurales tenían huertas produciendo para
autoconsumo, mientras que en el Censo Agropecuario de 1991, solamente 2%
lo hacían, pues toda propiedad se usaba para el algodón, lo que
significa que el requerimientos financiero para satisfacer las
necesidades calóricas y proteicas se redujo entre 1997/8 y 2008, algo
que no fue captado por las Encuestas de Hogares de la DGEEC, que trabaja
la pobreza extrema sobre la matriz de consumo construida en 1997/8.
Es
importante recordar que la pobreza extrema por ingreso disponible como
hace la DGEEC se mide a través de la necesidad financiera para consumir
una cantidad mínima de alimentos, proteínas y calorías, por día. Cuanto
más alimentos se producen en la propia finca, menos es la necesidad
financiera de comprarlos afuera.
Entretanto, la DGEEC actualizó la
canasta básica de consumo de las familias rurales en más de 262% entre
1997/8, con lo que supuestamente no se redujo la pobreza extrema en las
áreas rurales en este período, lo que es desmentido por el aumento de
posesión de bienes durables en este período. En 1997/8, por ejemplo, las
familias campesinas producían 25% de los alimentos necesarios para
satisfacer sus necesidades (ver infografía titulada “Posesión de bienes
durables y equipos de comunicación”).
3) La Dirección de
Estadística y Censos no incluye la renta imputada de la vivienda propia
para determinar el ingreso disponible.
Cuando se hizo la base de
cálculo de la pobreza total y extrema en 1997/8, la DGEEC utilizó una
metodología común en varios países, imputando a todos los hogares gastos
de alquiler (mismo a aquellos que no lo pagan) y de alimentación. A
estos gastos se llaman “gastos imputados” de alquiler y alimentación.
A
todas las familias que no pagaban alquiler, se les imputó un valor
promedio de locación de la región donde vivían, siendo que estos gastos
imputados de la vivienda equivalían a 14,9% del total de gastos de una
familia. De esta forma, en 1997/8, una persona del área rural necesitaba
un ingreso de G. 111.624 para no ser pobre, siendo que G. 16.000
correspondían a gastos imputados de la vivienda. Para no ser indigente,
se necesitaban G. 67.211.
La compensación de esta imputación de
gastos se haría después, cuando de la sumatoria de los ingresos
disponibles, durante las encuestas de hogares, se imputaría como ingreso
el mismo valor de G. 16.000 per cápita a las familias que no pagaban
alquiler, adicionándose a los ingresos totales de las personas y
familias.
Conceptos
En Paraguay la DGEEC
utiliza el siguiente concepto para la medición de pobreza: Población
pobre a aquel conjunto de personas residentes en hogares cuyo nivel de
bienestar (medido a través del ingreso) es inferior al costo de una
canasta básica de consumo constituida por el conjunto de bienes y
servicios que satisfacen ciertos requerimientos mínimos, tanto
alimentarios como no alimentarios, para la sobrevivencia humana.
Pobre
extremo es cuando su ingreso ni siquiera le permite acceder a la canasta
básica de alimentos.
Fuente: ABC
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