viernes, 27 de diciembre de 2013

El primer bombardeo nocturno en Latinoamérica



El bombardero fantasma del Chaco


Por Oscar Lescano Barreto


Una brillante táctica de guerra en el ocaso de la contienda por el Chaco terminó por derrumbar la moral boliviana, además de acabar con sus puntos estratégicos de almacenamiento: El primer bombardeo nocturno en Latinoamérica. 



Un avión similar fue utilizado durante la estratégica y osada maniobra nocturna paraguaya.
Un avión similar fue utilizado durante la estratégica y osada maniobra nocturna paraguaya. / histarmar.com.ar
 
 
En los últimos días del mes de diciembre de 1934, la armada paraguaya llevó adelante un audaz maniobra, hasta en ese entonces, nunca antes vista en Latinoamérica; un bombardeo nocturno sobre posiciones bolivianas.

Diciembre de 1934: El teniente 1° de Marina, piloto Ramón Martino y el Capitán Observador Job Von Zastrow, tras ejecutar previas misiones de reconocimiento aéreo sobre posiciones bolivianas, se acercaron al coronel Francisco Brizuela, jefe de la escuadrilla de aviones instalada en Bahía Negra, y le plantearon una osada estrategia.

“Queremos realizar un vuelo de bombardeo nocturno contra las posiciones enemigas”, dijeron los aviadores, y los objetivos eran los fortines de Vitriones y Guijarro.

Asombrado por el audaz ofrecimiento, el coronel Brizuela expuso los elementos que podrían entorpecer semejante táctica, como los obstáculos naturales del Chaco, sin embargo los pilotos lo tenían cuidadosamente estudiado y no existía margen alguno de error.

Ante la insistencia de los gestores de la táctica, el coronel Brizuela dio luz verde a la ejecución de la arriesgada empresa y los despidió en persona desde la pista. Iban en un Macchi 18-R5, cargados con unas ocho bombas de alrededor de 400 kilogramos cada una

Los aviadores conocían a la perfección la distancia que los separaba de sus objetivos, por lo cual ya tenían perfectamente estudiado la velocidad en que deberían volar, poniéndose así en marcha algo nunca antes visto en Sudamérica, cubiertos en el manto de la noche.

“EL AVIÓN FANTASMA”


La información del vuelo nocturno de Martino y Von Zastrow recorrió las posiciones paraguayas en batalla, quienes comentaban entusiasmados la noticia, por ello empezaron a volcar sus miradas hacia el oscuro cielo, expectantes por ver pasar la nave.

Fue así, que en la madrugada del 22 de diciembre de 1934, el Chaco en disputa fue testigo de una de las más brillantes tácticas aéreas paraguayas; las bombas de 400 kilos caían una detrás de otra sobre las posiciones bolivianas, quienes en vano intentaban repeler la nave con las metralletas, apuntando a un verdadero fantasma, mientras las potentes explosiones destruían todo a su paso.

“A cada bomba de nuestro avión que explotaba, como un eco respondía los gritos de algarabía de nuestros soldados. No se durmió más… Los mosquitos parecían que se unían a nuestra alegría ya ni siquiera picaban”, rezan las crónicas de la época recogidas en el libro ‘Semblanza de un héroe’, del 50° aniversario de la defensa del Chaco paraguayo.

Una hora después, aún amparado en la oscuridad de la madrugada, el Macchi 18-R5 regresaba triunfante observando desde las alturas la celebración de los soldados paraguayos a su paso.

El resultado: las potentes bombas acabaron con las instalaciones bolivianas de Vitriones y Guijarro, y también destruyeron la moral de parte del ejército enemigo, quienes no esperaban un ataque aéreo en plena noche.

Los intrépidos aviadores, Martino y Von Zastrow, llegaron de nuevo hasta la base de Bahía Negra, donde los recibió el coronel Brizuela, y en un breve encuentro les expresó su satisfacción por el éxito de la misión, que se convirtió en una de las mayores victorias de la Aviación paraguaya e toda su historia.
 
 
Fuente: ABC

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