Por Hugo Garay Caballero
En varios países, cientos de personas han venido desarrollando la
tecnología biodiésel como un combustible menos contaminante que los
actuales. Pero, ¿se imagina sustituir el diésel por aceite vegetal de
cocina usado? Conozca el ingenio de este paraguayo.
Diego Estigarribia, al lado de su vehículo, movido a aceite común. / Hugo Garay, ABC Color
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Tanque de combustible exclusivo para aceite común. / Hugo Garay, ABC Color
Se trata de Diego Estigarribia, un joven licenciado en Administración
Agraria, de la capital, que hace algunos años, por hobby, “experimentó”
en su vehículo la utilización del aceite vegetal común como hidrocarburo
reemplazante para el diésel.
Estigarribia se acercó durante la
semana a este diario en su Mercedes Benz 300 D, diésel, del año 1984, el
cual contaba con un novedoso sistema de combustión. Nos explicó paso a
paso cómo funciona.
“Tengo dos tanques de combustible: uno que es
para el encendido, que es diésel, y el segundo tanque que es para el
aceite vegetal”, detalló primeramente.
“El aceite de cocina viene y
pasa primero una serpentina alrededor del caño de escape para calentar
el aceite, luego viene a este radiador de aceite (ubicado cerca del
motor), que lo que hace es que el agua del radiador caliente al aceite
que va saliendo del filtro de combustible y luego va a la bomba
inyectora”, explicó.
Agregó que, una vez llegado el aceite a la bomba, éste entra en combustión igual que el diésel.
“El
motor trabaja sin ningún problema, ya que el aceite de cocina usado a
90 a 100 grados tiene el mismo valor calórico que el diésel”, aseguró.
Además,
el vehículo cuenta con dos llaves que permiten la llegada de ambos
combustibles al motor. De esa forma, uno puede movilizarse utilizando el
aceite vegetal o el diésel como combustible.
Forma de usarlo
Estigarribia manifestó que no es recomendable arrancar el rodado con el aceite vegetal cuando el motor está frío.
“Para
arrancar, uso el diésel. Luego de unos minutos, cuando el motor ya está
caliente, estaciono un rato el vehículo y cierro la llave del diésel y
abro del aceite vegetal, y funciona perfectamente”, manifestó.
Dijo
que el único inconveniente es el filtro de aceite, el cual, por el
mayor espesor del aceite vegetal, debe ser cambiado de manera más
frecuente, aproximadamente cada 2.000 kilómetros recorridos.
Combustible de regalo
“Cualquier
aceite que sobre en la casa se puede usar de combustible”, subrayó.
Acotó que en varios locales gastronómicos consiguió sobra de aceite
vegetal usado gratis y que una vez le regalaron unos 300 litros de
aceite.
Estigarribia concluyó que con este sistema de combustión se hacen grandes ahorros.
“Además,
protegés el ambiente, ya que el vehículo no expide azufre ni dióxido de
carbono contaminante. Eso sí, el humo que sale del caño de escape huele
a papa frita”, ironizó.
El joven ingenioso dijo que esta
alternativa al diésel es utilizado en varios países como Alemania,
Estados Unidos, Chile y otros, como una forma de reutilizar el aceite
vegetal que, para muchos locales gastronómicos, ya es basura.
En
total, Estigarribia invirtió aproximadamente G. 1.300.000 en el sistema
de combustión, el cual puede ser aplicado a cualquier automóvil con
motor a inyección convencional movido a diésel.
Fuente: ABC
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