El CIE (Consorcio de Ingeniería Electromecánica) abre el año 2012 con el desafío de la primera Línea de Transmisión de 500 kV en Paraguay

LA EMPRESA VIENE CON EXPERIENCIAS A NIVEL INTERNACIONAL

Apuntando a la capacitación de su gente y a la reinversión de sus utilidades, el CIE logró ser una empresa competitiva a nivel internacional.

26/12/2011

Un torno vertical, para la fabricación de piezas para hidroeléctricas, se impone en la planta del CIE, ubicada en Luque.

Fundada hace 33 años, el Consorcio de Ingeniería y Electromecánica (CIE) es hoy una de las empresas más importante del sector industrial en el país, considerando que el rubro al que se dedica es a la construcción de barcazas y piezas para hidroeléctricas, además de los servicios de montaje para industrias.  
En Paraguay no se ve mucho a obreros trabajando en medio de toneladas de hierro como se puede ver en el CIE, donde La Nación pudo acceder, previa a una entrevista con Hugo Aranda, presidente de la empresa, Francisco Rivas, gerente de Obras Externas, Carlos Rubod, gerente de Fábrica y Carlos Rodiño, gerente general. El CIE, en alianza con empresas brasileñas, logró uno de los contratos más grandes de Itaipú en la era Lugo, por valor de 286,4 millones de dólares y tiene la responsabilidad de construir nada menos que la primera línea de 500 kilovoltios (kV) en el país, desde Itaipú hasta Villa Hayes.
–¿Puede dar una reseña de la historia de la empresa?
Hugo Aranda (HA): –Esta es una empresa 100% paraguaya, fundada hace 33 años, cuando nació el trabajo para la construcción de Itaipú y lógicamente empezamos de cero. Con el tiempo, se fue armando el equipo CIE. Fueron llegando de a poco equipamientos que no teníamos y se fue armando esta empresa. De a poco, la empresa fue ramificándose en otras industrias, como la TIE que se formó para atender encomiendas menores en el interior y Astilleros Chaco en Villa Hayes, donde se arman las barcazas con las piezas que construimos aquí.

–¿Cómo hicieron para crecer en todos estos años en infraestructura y capacidad?
HA: –Estuvimos decididos a reinvertir buena parte de lo producido y a no interrumpir la capacitación de la gente. Desde la década del 90, esta empresa accedió al ISO 9002 y fue la primera firma paraguaya que alcanzó una certificación con una empresa norteamericana. Con esto estuvimos habilitados a participar en obras externas, para lo cual nos habíamos preparado siempre, porque sabíamos que Paraguay no nos iba a dar trabajo para esta capacidad.

–¿Desde cuándo empezaron a realizar trabajos en el exterior?
HA: –Pues, asociados a otras empresas internacionales, con quienes nos conocimos en la construcción de Itaipú y Yacyretá. De la mano de ellos, empezamos como subcontratistas en Chile en el año 1993. Por supuesto, perdimos las primeras licitaciones hasta que nos acordamos de la primera que fue en Chile, para una hidroeléctrica llamada Pangue y después vinieron otras en Argentina, Perú, Colombia y después nos preparamos mucho para entrar al Brasil, donde entramos en el año 1997. Hoy en día, estamos trabajando en la undécima central hidroeléctrica en Brasil.

–¿Qué tipo de piezas para centrales hidroeléctricas construyen hoy?
–Carlos Rubod (CR): Esa que acabás de ver afuera es una pieza para una central  sobre el Río Madeira, que está próxima a su confluencia con el Amazonas y que está utilizando un tipo de turbinas muy nueva, el Bulbo, es una nueva generación de centrales. En realidad son muy antiguas, pero se usaban para pequeñas centrales de 10, 15 ó 30 Megavatios (MW). Ahora utilizan centrales hidroeléctricas más grandes. También construimos las más tradicionales.

–¿...y el CIE logró adaptarse a esa nueva demanda?
-HA: El CIE se adaptó a esta nueva demanda. Siempre buscamos prepararnos para subsistir en el mercado internacional. Fuimos, gracias a esto, ya estamos posicionados en otros continentes. Esto nos fue dando ritmo. Gracias a eso, la gente lee hoy en día, que la línea de 500 kV va a ser construida mediante la asociación de una empresa paraguaya con una firma internacional.

–¿Con qué espíritu se encaró la licitación para la línea de 500 kV, considerando a los competidores internacionales?
Carlos H. Rodiño (CHR): –El participar en licitaciones internacionales con asociados es algo que empezó en el año 93. Teníamos ya esa gimnasia. En el momento en que nos damos cuenta de que el mercado paraguayo no nos da las posibilidades que necesitamos para la envergadura de nuestra empresa, entonces empezamos a ver qué había en el mundo para nosotros. Ahí se consolida toda una estructura comercial, con la cual vamos presentándonos a licitaciones a nivel local, basándonos en que con Itaipú y Yacyretá logramos mucho currículum en materia de diversidad de equipos. Además, gracias al aporte de los accionistas incrementamos nuestro parque industrial, y así fuese posible salir a competir con alta tecnología. Entonces, teníamos a la gente, la experiencia y las instalaciones; y el siguiente paso era salir a competir asociado a otras empresas.

–Supongo en que los siguientes años tendrán como prioridad cumplir con la construcción de la línea de 500 kV. ¿Es así?

–Francisco Rivas (FR): El desafío para el CIE, en general, es el que envuelve dos áreas: la de servicios y la de bienes de capital. Nos proponemos entregar en el tiempo previsto la línea de 500 kV y creemos que en estos 14 meses que nos quedan, vamos a cumplir. Tenemos experiencia y mucha seriedad en nuestro trabajo. Esto es un trabajo hecho con varias manos, aunque tengamos una parte importante.

–¿Hubo una experiencia similar en el país?
-CHR: –Cuando llegó este proyecto, ya teníamos la experiencia anterior de 220 kV, con la Ande, financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Aquí participaron 7 consorcios internacionales y, el CIE se presentó solo y ganamos. Hicimos esa obra desde Acaray hasta Coronel Oviedo, en un tiempo muy bueno.