lunes, 19 de septiembre de 2011

Posible existencia de cobre en Natalio causa sensación

Un alto grado de conmoción causó en la zona la insólita noticia del hallazgo de un posible yacimiento de cobre, en la propiedad de Manuel Benítez, en el barrio San Antonio, de la compañía Cruce Paloma, distrito de Natalio, distante a unos 130 kilómetros de la ciudad de Encarnación.

Hallazgo. Washington Rodríguez exhibe el descubrimiento. Asegura la existencia de cobre. Foto: Raúl Cortese

Por Raúl Cortese | NATALIO

"Necesitamos de maquinarias para mayor precisión en cuanto a la profundidad del yacimiento y la calidad, pero en principio la cantidad es muchísima", con convicción lo afirmaba ayer en horas de la tarde, el buscador artesanal Washington Rodríguez Castro, de nacionalidad uruguaya, de 56 años, con hijos paraguayos y residente en el país desde hace 30 años.

Tres años atrás llegó al lugar con su vehículo particular, y pidió permiso a su propietario Manuel Benítez para poder buscar minerales preciosos en su propiedad: "Muchos vinieron, pero buscando oro y nunca encontraron nada, hasta con máquinas excavaron, así que uno más que venía no le iba decir que no", comentó.

La búsqueda fue a barreta y mazo de parte de Rodríguez, quien años atrás dijo haber sido contratado como operario de maquinaria vial por una empresa que lo llevó hasta Sudáfrica. "Me quedé 5 años y algo aprendí, estaba seguro que en esta zona tenía que haber algo", dijo. Dijo haber perforado en Cruce Paloma con el permiso de la Municipalidad local.

COBRE.... ¿Y ORO? Las rocas observadas de cerca muestran una coloración oscura con rayas amarillentas que en algunos casos aumentan en su nitidez e intensidad respecto al color amarillo. A ningún ser humano común le llamaría la mínima atención encontrarse con estas piedras.

La excavación de los pozos no supera el metro de profundidad. Se ha extraído de cada uno de los 5 que excavaron muestras que contienen, según Rodríguez, vidrio, cobre y hasta rastros de oro. Asegura que quienes antes vinieron a la región y al mismo lugar a excavar no lo sabían hacer y no supieron leer los síntomas que se hallaban a pocos centímetros debajo de la tierra.

La ilusión se instaló en la familia y en la propiedad de sus vecinos, todos hermanos de Manuel Benítez, totalizando unas 100 hectáreas. Se barajan cifras multimillonarias por la venta de estas tierras, la esperanza es llamar la atención de empresas o inversionistas fuera del país que se muestren interesados en la adquisición de los terrenos.

"La esperanza es contactar en principio con gente del Gobierno, acá en el país no creo en la existencia de inversores con el dinero suficiente para poder explotar el lugar, hablamos de mucho dinero", significaba Rodríguez.
VIVE ENTRE VACAS Y ÁRBOLES FRUTALES

Manuel Benítez es un típico hombre de campo de unos 60 años de edad, con el rostro curtido por el tiempo, el esfuerzo de labrar la tierra y el siempre presente sol. Posee algunas vacas y animales de granja, una pequeña plantación de tung y árboles frutales.Dentro de su inocencia campesina y emocionado por lo que nos enseña, permite fotografiar dos enormes piedras, que llaman mucho la atención, guardadas en su pieza.Con el aval de Washington Rodríguez Castro, nos aseguró que existen diamantes en su interior. Desde el momento del hallazgo se presentaron muchos curiosos, pero hasta ahora no se concretó ningún negocio.

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